‘Hänsel i Gretel’ analiza con Broggi y Casares la financiación cultural
Dos proyectos teatrales que brillan con luz propia han sido escogidos por la revista cultural digital Hänsel i Gretel para protagonizar el quinto de los diálogos sobre Barcelona que promueven periódicamente y cuya última entrega fue a cargo de Antonio Monegal y Lluís Pasqual, quien provocó una polémica al afirmar que la ópera es un arte de anticuario porque los teatros recurren siempre a los mismos títulos para garantizarse la taquilla. En el nuevo diálogo los protagonistas han sido el director de la compañía La Perla 29, Oriol Broggi, y el de la Sala Beckett, Toni Casares, que han hablado desde la eterna polémica de las subvenciones a la actual idea talismán de la descentralización de la cultura a los barrios, que creen algo mitificada porque lo importante no es acercar la cultura a la ciudadanía sino que los ciudadanos puedan desarrollar sus capacidades creativas. Una descentralización que a veces esconde que la cultura, como los ciudadanos, están siendo expulsados del centro de Barcelona.
Casares recordó que actualmente acostumbramos a leer el mundo de manera individual y desde la distancia de una pantalla, y frente a eso el teatro permite a la gente encontrarse en un mismo tiempo y lugar para leer el mundo conjuntamente y emocionarse. En ese sentido señaló que antes los filósofos –Camus, Diderot, Sartre– escribían teatro, pero que últimamente hay cierto alejamiento entre el teatro y la voluntad de pensar el mundo y nos hemos quedado más con la emoción de la empatía que con la voluntad de pensar juntos. De todos modos, Broggi puntualizó que lo importante es que el teatro genera preguntas, y que cuando pueden ser leídas por la sociedad como respuestas, la gente tiene más ganas de ir a él, como le sucedió al dirigir Incendis, de Wajdi Mouawad.
Respecto a las subvenciones, Broggi recordó que son muchos los sectores subvencionados, y no sólo el cultural, mientras que Casares señaló que las subvenciones al teatro son importantes y necesarias, y que el patrocinio y el mecenazgo privados finalmente son subvenciones indirectas porque las empresas aportan luego menos dinero al erario público.
Los dos directores hablaron de teatro, subvenciones y de una descentralización cultural mitificada