Estrés por un segundo
Las nuevas generaciones, más sensibles a las interrupciones
Un estudio demuestra que el más mínimo retraso a la hora de descargar contenidos en el móvil hace que los jóvenes pierdan interés, e incluso desarrollen síntomas de estrés.
Un estudio realizado entre usuarios de teléfonos inteligentes en Alemania ha puesto de manifiesto que el funcionamiento de la red de telefonía móvil –en términos de velocidad y retraso en la carga de contenidos– tiene efectos en la percepción que dichos usuarios tienen tanto del proveedor del acceso a internet móvil como de las diferentes aplicaciones que se usan para acceder a estos contenidos. Los jóvenes de entre 18 y 35 años, los conocidos como millennials, son los que se muestran más impacientes y aquellos en los que el más mínimo retraso causa un mayor impacto negativo.
Con el fin de medir las reacciones de los sujetos, se emplearon un equipo de electroencefalografía, otro de rastreo ocular y pulsómetros para medir el rango de atención y la frecuencia cardíaca de los usuarios.
Según el informe, los consumidores tienen altas expectativas sobre el tiempo que tardan en disponer del contenido, de modo que incluso un segundo de retraso a la hora de descargar un vídeo puede provocar estrés. Un 72% de los usuarios millennials perdieron el interés en ver vídeos en dispositivos móviles cuando los retrasos superaron los 4 segundos. Es más: un retraso de sólo dos segundos al subir una selfie a Facebook bastó para provocar estrés.
Del mismo modo, los más jóvenes también resultaron ser menos tolerantes a los retrasos en la descarga de vídeos a YouTube. De promedio, los usuarios de entre 18 y 24 años se estresaron un 38% más que los mayores de 35, y después de un retraso de 8 segundos dejaban de intentar ver el vídeo. En general, durante el streaming, todos los participantes sufrieron un aumento del 30% del estrés después de sólo un segundo de retraso. Según el informe, este aumento del estrés se explicaría por el hecho de que el icono de almacenamiento intermedio (buffering) apareció brevemente en la pantalla, hecho que los usuarios percibieron como la señal de que se producirían más interrupciones durante la reproducción. Cada
buffering adicional incrementó el estrés de los usuarios entre un 5% y un 7%, lo que, finalmente, repercutió negativamente en la opinión sobre las aplicaciones y los operadores que los usuarios creían que estaban usando.
Los resultados fueron similares cuando se pidió a los participantes en el estudio que subieran una selfie a Facebook. Tras un segundo de retraso, el 47% de los participantes empezó a dar muestras de sentirse estresado. Cuando el retraso alcanzó los 8 segundos, la mayoría de usuarios dejaba de intentarlo.
A las personas que participaron en el estudio –realizado por Ericsson y Vodafone– se les solicitó que completaran 13 tareas concretas en 10 minutos utilizando un
smartphone, al tiempo que se simulaba un deterioro en la calidad del servicio. Las tareas incluían acciones comunes, como navegar por páginas web, ver vídeos en
streaming y subir selfies. Para analizar cómo esto afectaba a la lealtad del usuario y la imagen de marca, el estudio se complementó con un cuestionario que los encuestados rellenaron antes y después de desarrollar las tareas.
Tras ocho segundos intentado subir una ‘selfie’ a Facebook, la mayoría de las personas desiste del empeño