La Vanguardia (1ª edición)

“Trump no entiende el valor de la UE”

Anthony L. Gardner, exembajado­r de Estados Unidos ante la Unión Europea

- BEATRIZ NAVARRO Brujas. Correspons­al

El puesto de embajador de Estados Unidos ante la UE está vacante desde el 20 de enero. Nada más ser investido presidente, Donald Trump mandó a casa a los diplomátic­os nombrados por su antecesor, entre ellos Anthony L. Gardner, el hombre que desde el 2013 defendía en Bruselas los intereses estadounid­enses. “En tiempos extraordin­arios, los funcionari­os públicos tenemos una obligación moral especial de decir la verdad”, explica desde el remanso de paz que es su nuevo despacho en el Colegio de Europa de Brujas, donde trabajará hasta abril, para justificar por qué no oculta la alarma que le produjo la actitud inicial de la nueva Administra­ción hacia la UE. “Es un contraste total con la política que republican­os y demócratas han defendido durante décadas”, advierte Gardner, un eurófilo que ha trabajado en el sector público y privado en EE.UU. y Europa.

¿Trump desea realmente la desintegra­ción de la UE?

Es difícil de decir. El vicepresid­ente Mike Pence estuvo en Bruselas el otro día y dijo todas las cosas que tenía que decir para tranquiliz­ar a su audiencia. Espero que se trate de una política y no sólo de opiniones de Pence. Lo importante ahora son los hechos. Me gustaría que la nueva Administra­ción siguiera cooperando con la UE en todos los temas en que mis predecesor­es y yo hemos trabajado. Me preocupa que la nueva Administra­ción no aprecie el valor de la UE, su aportación a la seguridad. En la Conferenci­a de Seguridad de Munich, Pence no mencionó a la UE ni una vez. Es significat­ivo. Muchos miembros de la Administra­ción Trump no piensan en la UE en esos términos. Es una forma muy pobre de mirar a la UE. Su presupuest­o de ayuda exterior y humanitari­a da seguridad y ayuda a estabiliza­r muchas partes del mundo, igual que su trabajo policial y judicial en los Balcanes. El soft power (poder blando) europeo proyecta estabilida­d, pero algunos no lo ven. Sólo les importan los presupuest­os nacionales de defensa.

El primer político europeo con el que Trump se hizo una foto fue Nigel Farage (UKIP).

Muy preocupant­e. Parece que el presidente escucha a ciertas personas de Europa que realmente tienen una visión muy distorsion­ada de la UE, entre ellas Farage, que son puras caricatura­s, que ayudan a vender tabloides en el Reino Unido pero sólo dicen tonterías. Espero que Trump escuche a los líderes empresaria­les cuando le expliquen lo importante que es la UE y la necesidad de que siga unida. Cuando Theresa May estuvo en Washington dijo al presidente que iba a llevar hasta el final el Brexit, pero que no deseaba más rupturas en la UE y que tampoco Washington debería buscarlo. Al parecer, le sorprendió. Una cosa es apoyar el Brexit –algo que no deberíamos hacer– y otra desear la desintegra­ción de la UE.

La UE ha intentado convencer a Trump de que su estabilida­d es buena también para EE.UU.

La desintegra­ción de la UE sería un riesgo para la seguridad y la economía. Europa sería menos segura, menos democrátic­a y menos próspera. En ningún caso sería positivo para EE.UU. Espero que esos mensajes políticos básicos hayan sido entendidos. Ya hemos visto a esta Administra­ción cambiar sus puntos de vista sobre China, el conflicto palestino-israelí, el cambio climático, la OTAN y ahora parece que la UE. Espero que en política europea se centren y entiendan por qué todas las administra­ciones han sido grandes defensores de la UE.

La UE deja de tener el apoyo incondicio­nal de su mejor aliado.

Es un gran shock, pero creo que, al final, cuando la retórica se rebaje, EE.UU. estará ahí. La retórica puede ser buena si sirve para que la UE asuma mayor responsabi­lidad en defensa. Lo que me preocupa es que está muy alejada de la realidad. Se puede pedir a Europa que haga más en defensa, pero no tiene sentido pedir que algunos países pasen de un gasto muy bajo a cerca del 2% del PIB en dos o tres años. Si la Administra­ción Trump pide cosas que no se pueden cumplir, ¿qué va a hacer después, decir que como sólo han subido unas décimas EE.UU. reducirá su gasto o no respetará sus obligacion­es? Las palabras tienen impacto. Deberían tener cuidado y pedir cosas realistas, teniendo en cuenta las otras formas en que la UE contribuye a la seguridad y en las que va por delante de nosotros.

¿Las dudas sobre el compromiso de EE.UU. con la seguridad europea pueden dar ideas a Rusia?

El último mes hemos visto un aumento significat­ivo de la violencia en el Este de Ucrania. ¿Pura coincidenc­ia? No lo creo. Las palabras importan. Se escuchan con atención en Moscú y otras capitales. Aunque creo que la retórica se está ajustando, siembra dudas en la mente de gente como Vladímir Putin, que ve el mundo en blanco y negro. Si entramos en una zona gris, alguien como él va a empezar a pensar en cómo puede sacar provecho cuando nadie mire. Eso es lo que me preocupa, sea Ucrania, los Balcanes… No hablo de acción militar, sino de otras formas de desestabil­izar, como el uso de la desinforma­ción, los ataques cibernétic­os o la financiaci­ón de ciertos partidos...

¿Qué le parece su autoprocla­mado sucesor, Ted Malloch?

Para empezar, no ha sido nombrado y dudo siquiera que haya empezado a ser examinado por el FBI, un trámite que suele llevar meses. Luego debería ser nombrado y confirmado por el Senado antes de enviar su nombre a la Comisión Europea para que sea aprobado por los 28 estados miembros. Son muchos obstáculos para alguien que ha dicho las cosas que ha dicho, como que los mercados deberían apostar contra el euro, que la UE se va a desintegra­r, que Grecia debería volver al dracma o que Jean-Claude Juncker debería irse de alcalde a Luxemburgo. Todas estas declaracio­nes harían muy complicado que fuera aprobado. A la vista de las declaracio­nes de Pence en Bruselas, que usó las palabras socio y asociación para referirse a la UE, me parecería raro enviar para un puesto tan importante a alguien que no cree en él. Un embajador sólo puede ser efectivo si cree en su puesto. Si envías a alguien que tiene problemas para acceder a la gente o hacerse escuchar, no tendrá ninguna influencia. ¿Qué sentido tiene eso?

UNA VISIÓN ‘POBRE’ DE LA UE “El ‘poder blando’ europeo proyecta estabilida­d, pero algunos no lo ven” SEGURIDAD EUROPEA “Las palabras importan; Putin puede empezar a pensar en cómo sacar provecho”

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WIKTOR DABKOWSKI / EFE / ARCHIVO Anthony L. Gardner, en una conferenci­a en la sede de la Comisión Europea, en Bruselas

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