El primer ‘examen’ a la innovación muestra alumnos más creativos
Los Jesuïtes han sometido el proceso de innovación educativa a una evaluación externa para comprobar el impacto del cambio en los alumnos. Los primeros resultados, realizados por su centro interno evaluador y por universidades externas, concluyen que los alumnos han mejorado en competencias como la creatividad, la autonomía y la cooperación, mientras que han mantenido sus resultados académicos al mismo nivel que antes. “Para nosotros, que fuimos los primeros en impulsar la transformación en la educación, es una responsabilidad social evaluar el impacto de la innovación”, manifestó ayer Enric Masllorens, director general de Jesuïtes Educació, en la presentación del informe cuyos resultados publica en abierto su web.
La evaluación ha sido realizada con alumnos de 12 y 13 años, integrados en la etapa que los Jesuïtes denominan NEI (nueva etapa intermedia), que va de 5.º de primaria a 2.º de ESO, y que estudian en los tres centros que ya están aplicando los nuevos métodos innovadores del proyecto pedagógico de la organización, Horitzó 2020, desde hace dos años y medio. Las investigaciones han sido coordinadas por el centro Cetei, de la fundación.
Para conocer el nivel académico, los Jesuïtes se han basado en las competencias básicas de 6.º de primaria que organiza el Departament d’Ensenyament. Los del pasado año dan los mismos resultados que años anteriores, que son superiores en todas las materias analizadas a los de alumnos de los centros del mismo entorno socioeconómico. “Pero el cambio pedagógico no lo hemos acometido para mejorar las notas de las materias tradicionales”, explicó Xavier Aragay, impulsor de Horitzó 2020, “ya sabíamos que eran buenos. El cambio –continuó– lo hemos hecho para potenciar habilidades no cognitivas que van a ser fundamentales el día de mañana, aquellas que los robots no podrán sustituir y que hacen más personas a las personas”, dijo el que fue director general de la fundación hasta el pasado septiembre.
De los 75 objetivos que trabajar con los alumnos que el proyecto Horitzó 2020 persigue con el fin de que sean personas conscientes, críticas, compasivas, comprometidas y creativas, las entidades evaluadoras han elegido 15 puntos que han medido con metodologías actuales como el test Torrance para la creatividad. Así, se ha comparado los grupos de ESO de centros de Jesuïtes tradicionales e innovadores y se ha visto que los segundos han progresado en varias dimensiones de la creatividad, como la originalidad y la fluidez, y en competencias como la cooperación, la autonomía y el clima de clase. La competencia creativa ha sido medida por el grupo de investigación de Blanquerna (URL), que ha analizado también la percepción del mundo y las relaciones interpersonales. La facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Buenos Aires, Argentina) ha analizado los impactos que ha tenido en los alumnos el horario de trabajo semanal y concluye que los alumnos son más autónomos y trabajan en cooperación. Finalmente, el grupo de investigación de la UPF-Northwestern University (EE.UU.) ha empezado a evaluar competencias socioemocionales. Las evaluaciones se extenderán a todos los centros y en otras etapas educativas.
Los estudiantes de la nueva etapa entre primaria y ESO de Jesuïtes son más autónomos