Primera sentencia en el caso Bankia cinco años después de ser rescatada
“Lo de las tarjetas black es una anécdota; lo importante es lo otro”. Así se expresaba hace unos meses un alto cargo de Bankia para referirse al proceso judicial sentenciado ayer con la condena de Miguel Blesa, Rodrigo Rato y 63 exconsejeros de Caja Madrid y el banco controlado por el FROB. El directivo no pretendía quitar importancia a lo ocurrido, sino resaltar que hay dos asuntos mucho más relevantes que las black desde el punto de vista penal en la Audiencia Nacional.
Y, en efecto, es así. La complejidad y la dimensión del llamado caso Bankia llevó a la Audiencia Nacional a dividirlo en cinco piezas distintas. El procedimiento más importante –y también donde está más avanzada la instrucción– es el de la salida a bolsa de Bankia en julio del 2011, donde está imputado todo el consejo de administración de Bankia y Deloitte, la auditora de la entidad. Se trata de dilucidar si la entidad, que captó 3.100 millones de capital justo antes de empezar a cotizar, engañó a los inversores en los meses previos presentando una contabilidad falsa, que no reflejaba la imagen fiel del banco.
Tras años de interrogatorios y pruebas periciales, esta parte del caso se encontraba al final de la instrucción y con visos de acabar en el procesamiento de los imputados y la celebración del juicio en poco tiempo. Sin embargo, hace una semana, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ordenó al juez instructor que citara a declarar como investigados a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exgobernador del Banco de España; Julio Segura, expresidente de la CNMV, y varios altos directivos del supervisor bancario. Todos ellos serán interrogados a mediados del próximo mes de marzo.
tercera ramificación judicial del escándalo de la gestión de Bankia es la de la comercialización de las participaciones preferentes de Caja Madrid y Bancaja, las dos principales entidades que se fusionaron para crear el banco. Está imputado Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, junto con seis consejeros y cuatro directivos de la entidad y otros cuatro ejecutivos de la extinta caja valenciana. La instrucción va lenta, por dos motivos. En primer lugar, porque ha desaparecido la urgencia que había al principio, ya que el Gobierno obligó a Bankia a someterse a un sistema de arbitraje para devolver el dinero a los preferentistas que fueron víctimas de una comercialización fraudulenta o inadecuada. En segundo lugar, porque el juez ha preferido dar prioridad a la pieza que trata la salida a bolsa.
Por último, la Audiencia Nacional tiene abiertas dos piezas más. Una se refiere a la posible responsabilidad civil por el tema de las fianzas que se pidieron en su día a los administradores de Bankia para hacer frente al agujero causado por su gestión. Y la otra es aquella en la que el juez aisló lo relativo a las pruebas periciales en relación con los informes de los inspectores del Banco de España en la entidad.
EL GRAN ASUNTO PENDIENTE De las cinco piezas en las que se divide el caso Bankia, la más potente es la de la salida a bolsa
LAS PREFERENTES, A LA ESPERA La comercialización de las preferentes de Caja Madrid y Bancaja está judicializada