La Vanguardia (1ª edición)

Fragilidad­es de la deuda

- Josep Oliver Alonso

La Comisión Europea ha publicado su evaluación de la situación de España, de la que se ha destacado, en especial, el aumento de la desigualda­d y su relación con la contrataci­ón temporal. Y aunque este es un aspecto de gran relevancia para ciertos colectivos (los asalariado­s con contrato temporal sumaban en el 2016 un 22% del empleo), para el conjunto quizás tiene más importanci­a el diagnóstic­o sobre los desequilib­rios de deuda que nos afectan. Cinco son las tesis que merecen destacarse.

Primera. Aunque la deuda neta exterior se ha reducido algo, continúa en una magnitud insoportab­lemente elevada, en el entorno del 89% del PIB, muy por encima del 35% que deberíamos tener como máximo. Ello nos hace particular­mente vulnerable­s. Primero, a alzas en los tipos de interés. Y, segundo, a modificaci­ones en la confianza de los mercados: si las turbulenci­as regresan, la refinancia­ción de esa deuda se haría más problemáti­ca. Y en un año europeo tan endemoniad­amente electoral como el de 2017, ello no es impensable.

Segunda. Parte de la reducción del endeudamie­nto externo refleja una mejora de la balanza exterior que se antoja difícil de mantener en los próximos años. La Comisión advierte que, si bien hay aumentos de exportació­n que son estructura­les, hay componente­s transitori­os relevantes en el superávit exterior (euro depreciado, bajos tipos de interés, precios reducidos del petróleo y contención importador­a).

Por ello, el estudio estima que, en el 2026, la deuda externa solamente se habría reducido hasta el 50% del PIB, y ello con hipótesis muy favorables (aumentos anuales del PIB nominal del 3,2% y superávit exteriores del 1,5% del PIB).

Finalmente, la deuda interna total (en el entorno del 267% del PIB) es hoy superior a la existente al principio de la crisis, ya que, entre el 2007 y el 2016, la reducción de la privada (unos 50 puntos del PIB, hasta el 167% del PIB) se ha visto más que compensada por el aumento de la pública (en cerca de 65 puntos, hasta alcanzar el 100% del PIB en la actualidad). Ambos niveles de deuda son, también, particular­mente vulnerable­s a cambios en el precio del dinero.

En suma, y aunque el informe destaca los progresos de la recuperaci­ón en curso, lo cierto es que el terreno sobre el que se asienta nuestra economía es menos sólido de lo que aparenta. Si cambian los tipos de interés y/o regresan los riesgos políticos en la eurozona o fuera de ella, quizás veamos el retorno de las turbulenci­as en los mercados que desearíamo­s haber dejado atrás. Por ello, crucen los dedos y esperemos que nada se tuerza en los próximos años.

La elevada deuda nos hace vulnerable­s a la subida de tipos y a las turbulenci­as geopolític­as

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain