Atlas utópicos
Todos podemos fundar nuestra micronación. No seremos los primeros: lo demuestra el estudio de Graziano Graziani, Atles de micronacions (Ed. Males Herbes), que coloca medio centenar de micronaciones en el mapa. Arranca con un tipo llamado Norton, que en el siglo XIX se declaró emperador de Estados Unidos, que inspiró a Mark Twain y a Stevenson y cuyos decretos publicaba la prensa de San Francisco, por seguirle el juego: ¡en su funeral hubo 30.000 personas! Tenemos también el Reino Gay y Lésbico de las Islas del Mar del Coral... Cada micronación desvela una historia de rebeldía, burla, ensoñación, juego, utopía... ¡Ah, cuánto nos gusta soñar con una nación mejor!