Por un Mobile en paz.
El consejero delegado del Mobile World Congress, John Hoffman, celebró ayer con la alcaldesa de l’Hospitalet, Núria Marín, que la feria que empieza el lunes se celebre este año sin huelgas en el transporte.
Se le ve tranquilo a John Hoffman, el consejero delegado del Mobile World Congress (MWC). Sin ninguna huelga de transporte público en el horizonte, su gesto es relajado. “La línea 9 de metro es fantástica, es una gran suerte que podamos tenerla en marcha sin problemas”, dice tras el mal trago del año pasado, cuando el fracaso de las negociaciones con los trabajadores de TMB le agrió el sentido del humor hasta tal punto que plantó a las autoridades en el recorrido inaugural.
“Este año todo irá bien”, asegura entre platos de jamón ibérico y copas de vino del Penedès en el village instalado en la plaza Europa de l’Hospitalet, un espacio que fusiona gastronomía y cultura a las puertas del recinto ferial. Habrá jamón y paella para los congresistas y tapas elaboradas con productos del Parc Agrari del Baix Llobregat para los locales. Todo ello acompañado de espectáculos callejeros y actuaciones musicales.
La demanda de productos de lujo como la langosta y el bogavante europeo se multiplican por diez
L’Hospitalet Experience, lo llaman. La alcaldesa de la ciudad, Núria Marín, hace de anfitriona. Cuenta que ayer le llamó un amigo diciéndole que no había manera de encontrar una habitación por culpa del congreso. “Os pido disculpas por saturar los hoteles y ocupar la ciudad durante unos días”, responde Hoffman, encantado del trato que recibe cuando pisa l’Hospitalet.
La comida es uno de los elementos fundamentales para el mandamás del Mobile y los más de 100.000 congresistas. Ya se ven aparcadas frente a alguno de los mejores restaurantes las furgonetas negras de transporte privado que trasladan a los altos cargos de las compañías telefónicas. Las empresas de Mercabarna aseguran que venden entre un 15% y un 35% más gracias al congreso. La demanda de productos de lujo como las hamburguesas de la carne más selecta, la langosta y el bogavante europeo se llega a multiplicar por diez, según la asociación de concesionarios de Mercabarna.
Las cocinas de Gastrofira, en el interior de Fira de Barcelona, trabajan 24 horas ininterrumpidas desde principios de semana. Se servirán 45 toneladas durante los cuatro días de congreso. No se ve, pero su trabajo es imprescindible para el éxito del congreso. Como también lo es la actividad incesante que se registra dentro de los pabellones hasta el domingo a última hora.
A la hora de comer, un taxi se para frente a una puerta lateral y descarga grandes bolsas de comida encargadas a un restaurante chino. Las empresas que montan los estands más espectaculares, como Huawei y Sony, traen personal desde países asiáticos exclusivamente para construirlos. Ellos también comen aunque no sea en los mismos restaurantes que sus jefes.