Al menos 136 diplomáticos turcos han pedido asilo en Alemania
El goteo de solicitudes de asilo en Alemania de opositores turcos represaliados por las enormes purgas llevadas a cabo por el Gobierno de Ankara a raíz del fallido golpe de Estado del pasado julio no cesa. El Ministerio del Interior alemán reveló ayer que ha recibido las peticiones de al menos 136 personas con pasaporte diplomático turco.
La cifra, que corresponde a las solicitudes recibidas entre agosto del 2016 y enero del 2017, fue hecha pública después de que la televisión pública NDR y el diario Suddeutsche Zeitung aseguraran que sólo en noviembre Alemania había recibido hasta 53 solicitudes, cifra que el portavoz de Interior no quiso confirmar.
No está claro cuántas de estas 136 personas son diplomáticos y cuántas son sus familiares (esposos e hijos también tienen pasaporte diplomático), ni cuántas solicitudes han sido ya procesadas.
En Ankara está levantando cada vez más ampollas que personas que consideran terroristas se hayan refugiado en territorio de un socio de la OTAN: diplomáticos y soldados presuntamente golpistas, periodistas buscados por la justicia, miembros de organizaciones prokurdas o de extrema izquierda.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, presionó a Angela Merkel cuando la canciller alemana visitó Ankara, a principios de mes, para que no concediese el asilo y extraditara a una cuarentena de oficiales del ejército turco que trabajaban en instalaciones de la OTAN en Alemania y que pidieron asilo a Berlín tras ser acusados en su país de vinculación con los golpistas.
Alemania denunció la asonada de este verano pero luego ha condenado la represión sin clemencia emprendida por el Gobierno turco, que ha comportado el despido de decenas de miles de funcionarios y el encarcelamiento de miles de militares y funcionarios.
Ayer mismo, Erdogan volvió a defender la reintroducción de la pena de muerte, abolida en el 2004, como en casi todos sus discursos de los últimos meses. Aunque ayer propuso hacerlo mediante un referéndum, único método viable para la reforma constitucional necesaria.
El asilo a supuestos golpistas también ha sacudido la siempre tensa relación entre Grecia y Turquía. En enero, un tribunal griego rechazó extraditar a ocho militares turcos que huyeron tras el golpe, al considerar que corrían riesgo de tortura. La semana pasada, otros dos soldados turcos pidieron asilo en Orestiada, localidad junto a la frontera turca.