Plácido: “Me alimento de la energía de mis personajes”
El tenor regresa al Liceu con una ‘Thaïs’ en concierto
Plácido Domingo desea aprovechar lo que le queda de carrera para reencontrarse con el público del Liceu. Y si el año pasado celebraba el aniversario de su debut en la Rambla con un Simon Boccanegra –en plena forma–, esta temporada regresa con un Massenet de relumbrón: Thaïs. Eso sí, en versión concierto. Serán sólo dos sesiones, los días 1 y 4 de marzo, en las que compartirá protagonismo con la soprano Nino Machaidze (se la ha visto aquí en La fille du régiment y Il turco in Italia), que se ha convertido en su Thaïs ideal desde que en el 2012 cantaran juntos esta ópera en València, repitieran en Los Ángeles y estuvieran a punto de hacerla en Salzburgo. Redondea un nutrido reparto de voces nacionales el tenor canario Celso Albelo, todos ellos dirigidos por un maestro del repertorio francés, Patrick Fournillier.
El tenor venido a barítono llegaba ayer de València, donde ha cantado siete funciones de La traviata. A sus 76 años, su vitalidad sigue siendo un misterio. “Me alimento de la energía de los personajes que interpreto”, bromeó tras referirse al papel de Athanaël, “el monje que quiere salvar a la pecadora Thaïs, y acaba enamorándose de ella”. Así es el libreto inspirado en la novela de Anatole France sobre una cortesana egipcia a la que se quiere convertir al cristianismo.
A juicio de Domingo, esta ópera es una buena elección para ser interpretada en versión concertante, porque “la música de Massenet es única, y de hecho es uno de los tres compositores más criticados, como le pasó a Chaikovski y a Puccini en su época, pero el compositor francés es un pintor con la música”. Y las ventajas de la versión en concierto no acaban aquí para él: “Hay una intimidad mayor, porque no existe el movimiento, y hay una concentración mayor”, dijo Plácido, quien prevé dejar de hacer óperas escenificadas.
“A ver qué dice Dios con mi voz, no sé si voy a cantar más de tres meses, aunque con los teatros tenemos ligadas cosas a dos años vista. Pero sí que dejaré de cantar ópera, porque son de 6 a 8 horas de ensayos al día durante un par de semanas, y de eso te resientes, de manera que si sintiera un cansancio físico lo dejaría”, aseguró.
Afortunado por cantar como barítono en obras como Simon Boccanegra, Macbeth, Rigoletto , Il trovatore o I due fosacari, Domingo dice apreciar de manera especial las ocasiones en que regresa al registro de tenor como en el Tamerlano que prepara para la Scala. También tiene por delante el papel de marqués de Posa en Don Carlo (ya no hace la voz protagonista), así como ser Miller en Luisa Miller.
Aficionado a los deportes –“para esto me gustaría tener un poco más de tiempo”–, Plácido recuerda que la fórmula 1 no es tan popular en EE.UU. y que el proyecto de ópera sobre los últimos días de Airton Senna no está cuajando en Los Angeles, aunque podría sumársele Montecarlo. Y de su aparición en un capítulo de la serie Mozart in the jungle junto a Gael García Bernal y Monica Bellucci, el cantante recuerda con agrado el rodaje en Venecia y “las horas que pasamos en el canal donde se había construido un escenario... Nos lo pasamos muy bien”.
“Dejaré de cantar ópera escenificada porque son muchas horas de ensayos y te resientes”, anuncia