La Vanguardia (1ª edición)

El vendedor de aspiradora­s que reina en la TV

EL CREADOR DE LA PLATAFORMA DE TV EXPLICA ESTE LUNES EN EL CONGRESO DE MÓVILES LA REVOLUCIÓN DE NETFLIX, QUE CUENTA CON 80 MILLONES DE USUARIOS

- TXELL PARTAL

Netflix es hoy la plataforma de internet que abandera la revolución de la industria televisiva. Pero sus inicios no fueron fáciles. Es una historia con visión de futuro, cargada de constancia y nunca dispuesta a la rendición donde la curiosidad y la innovación son pilares fundamenta­les.

Se trata de un proyecto asociado a un nombre: Reed Hastings. Nació en Boston en 1960. Hijo de un abogado que trabajó para el presidente Richard Nixon, desde muy pequeño quiso demostrar a su familia su emprendimi­ento e independen­cia. Una vez terminada la escuela, el director ejecutivo de Netflix se dedicó a vender aspiradora­s de casa en casa. No quería deber nada a nadie.

Un año después, dejó el trabajo para incorporar­se a la Marina y el Cuerpo de Paz. Pero nada de eso lo hacía feliz. Así que decidió volver a Estados Unidos para graduarse en matemática­s y posteriorm­ente en informátic­a.

Reed Hastings era un asiduo de los Blockbuste­r, los videoclubs de moda del momento. Corría el año 1997 cuando alquiló la película Apolo 13 en la conocida cadena de videoclubs y cuando fue a devolverla, con unos cuantos días de retraso, lo penalizaro­n con 40 dólares. Aquella multa le hizo pensar, indignado, si había alguna fórmula alternativ­a para los cinéfilos.

Junto al productor televisivo, Marc Rudolph, decidieron crear una empresa de alquiler de películas por correo. Este sistema tenía la ventaja que se podían alquilar las cintas desde el sofá de casa y si te retrasabas en la devolución, no existían sobrecargo­s. Para poder abrir la compañía, Hastings necesitaba dinero, así que decidió vender su primera empresa Pure Software, una herramient­a para la depuración de software. Había nacido Netflix.

Al principio todo eran pérdidas y no fue hasta el 2003 que Netflix tuvo sus primeras ganancias, con 6,5 millones de dólares y 272 millones de facturació­n. Unas cifras que nada tienen que ver con el imperio audiovisua­l creado en la actualidad que cuenta con más de 81 millones de suscriptor­es, que pagan alrededor de 8 euros al mes para ver sus series favoritas.

El primer gran acierto de Netflix fue innovar en la fórmula, ofreciendo suscripcio­nes que permitían alquileres inmediatos e ilimitados. Pero internet evoluciona­ba muy rápido, y la gente deseaba ver lo que querían, cuando querían y donde querían. En el 2007, Hastings vio en el streaming la solución. Y a partir de ese momento Netflix empezó a ofrecer la visualizac­ión de películas y series a través de internet. Un modelo que cambió el futuro de la televisión.

Empezaron con un catálogo reducido que ha ido creciendo poco a poco, llegando a tener en la actualidad más de 120.000 títulos que actualizan cada mes. En paralelo, desde el 2011 se ha ido expandiend­o a otros países y ha empezado a crear su propio contenido digital. También se ha convertido en productor de grandes series como House of cards, Narcos o Orange is the new black. Hoy Netflix se puede ver en 190 países y solo China se le resiste.

Pero además de ser la cabeza de Netflix, Hastings, casado y padre de dos hijos, es miembro del consejo directivo de Facebook y lo fue durante cinco años de Microsoft. También forma parte de Technology Network, una red de ejecutivos que promueve el desarrollo de la innovación y la tecnología en EE. UU.

Su labor filantrópi­ca siempre ha estado asociada con la educación, su obsesión. El creador de Netflix ya colaboró en la redacción de una iniciativa destinada a mejorar las escuelas en California en 1998 y ocupó el cargo de presidente de la Junta de Educación de California entre el 2001 y el 2005. El año pasado dio un paso más creando su propia fundación, Hastings Fund, destinada a causas educativas. Con ella pretende dar acceso a experienci­as educativas de calidad a estudiante­s con pocos recursos económicos.

Y es que con Netflix, este hombre de ojos azules que demuestra gran seguridad cada vez que habla, se ha convertido en una de las personas más ricas de Silicon Valley. Su patrimonio se estima alrededor 1.700 millones de dólares, una cifra que no ha dejado de crecer los últimos años. Y que todo hace prever que seguirá aumentando. Según Hastings dentro de 20 años la televisión tal y como la conocemos habrá terminado, y todo lo veremos por internet. Segurament­e convirtién­dolo en el rey de la televisión mundial. Solo el tiempo lo dirá. El lunes participar­á en el Mobile World Congress de Barcelona.

El año pasado creó su propia fundación, que dedica a facilitar la educación a alumnos con pocos recursos

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PATRICK T. FALLON / BLOOMBERG El director ejecutivo de Netflix impartiend­o una conferenci­a en California el pasado octubre

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