Oleada de protestas en Rusia contra la corrupción, las mayores en años
Desafiando a las autoridades rusas, que no dieron permiso a la concentración solicitada por la oposición, miles de personas se reunieron ayer en el centro de Moscú contra la corrupción y contra el primer ministro, Dimitri Medvédev. Para dispersarlos, el Gobierno respondió con los antidisturbios, que en la popular plaza de Pushkin usaron gases lacrimógenos y llenaron los furgones policiales con detenidos. Según datos del Ministerio del Interior, más de 500 personas fueron arrestadas. Entre ellas se encontraba el líder opositor Alexéi Navalni, impulsor de la protesta.
Navalni ni siquiera pudo llegar hasta el lugar de la convocatoria. El joven abogado y bloguero anticorrupción, que despuntó como líder opositor en las protestas del 2011 y el 2012 contra los resultados electorales y el presidente ruso, Vladímir Putin, decidió ir al centro de Moscú en metro. Salió de la estación de Mayakóvskaya y todavía tenía que ir a pie por la calle Tverskaya hasta la plaza Pushkin, pero no llevaba ni 15 minutos caminando cuando fue detenido.
Varios manifestantes intentaron bloquear el furgón en el que le iban a trasladar a una comisaría. “Chicos, estoy bien. No es necesario luchar para sacarme. Id por la Tverskaya. Nuestro tema de hoy: lucha contra la corrupción”, escribió Navalni, de 40 años, en su cuenta de Twitter.
Según su secretaria de prensa, Kira Yármish, el político iba a pasar la noche en comisaría y hoy lunes está prevista la celebración de una vista judicial sobre faltas administrativas.
El propio Navalni había informado en su página web de la celebración de manifestaciones en casi cien ciudades y pueblos de toda Rusia, impulsadas por la organización que él mismo creó, la Fundación para la lucha contra la corrupción. En 72 de ellas las autoridades no dieron permiso para las concentraciones. Según el opositor, los miembros de la fundación también fueron detenidos por transmitir la protesta en stream por internet sin permiso.
En Moscú se concentraron entre 7.000 y 8.000 personas, según el Ministerio del Interior. Las detenciones comenzaron cuando los manifestantes desplegaron pancartas con mensajes como “La corrupción nos roba el futuro” o “El primer ministro debería responder”. Las autoridades rusas ya avisaron el viernes de que la protesta prevista era “ilegal” y que tomaría medidas para dispersar a los manifestantes.
Los manifestantes reclamaban la dimisión de Dimitri Medvédev. El lema de la manifestación era “Dimón”, un diminutivo despectivo del nombre de pila Dimitri y utilizado en esta ocasión para referirse al jefe del Gobierno ruso después de que a comienzos de mes Navalni publicase en YouTube un vídeo acusando a Medvédev de corrupción.
El vídeo, de 59 minutos, se llama “Él para ustedes no es Dimón” y en él se afirma que ha acumulado un imperio con activos, tanto dentro de Rusia como en el extranjero, utilizando fundaciones benéficas que dirigirían sus familiares o personas de su confianza.
Medvédev se ha negado a comentar las acusaciones y su portavoz se ha limitado a señalar las ambiciones políticas de Navalni y las condenas judiciales que pesan sobre
Las autoridades negaron el permiso para las manifestaciones, que reclamaban la dimisión del premier Medvédev
él. También se realizó ayer una concentración contra la corrupción en el campo de Marte de San Petersburgo, con unos 10.000 participantes, que según el servicio en ruso de la BBC recordaron con sus gritos a Borís Nemtsov, el líder opositor asesinado en febrero de 2015. La web Fontanka, de la ciudad del Nevá, informó ayer que la policía practicó allí 130 detenciones. Según Reuters la policía detuvo a unas 30 personas en otras grandes ciudades, como Vladivostok, Krasnoyarsk y Tomsk.
En Majachkalá (capital de Daguestán), sur de Rusia, hubo 140 detenidos, según el periódico Kavkazski úzel. Y 200 en Krasnodar.
Según los números de la radio Eco de Moscú, en 82 acciones de protesta en toda Rusia tomaron parte 60.000 personas, las manifestaciones más importantes desde las del 2011 y el 2012.
Alexéi Navalni ya ha anunciado su intención de concurrir a las elecciones presidenciales del próximo año y de enfrentarse en las urnas a Vladímir Putin. Sin embargo, sobre él pesan varias condenas por estafa, lo que según la ley rusa le inhabilita para presentarse.