Las urnas ratifican al conservador Borísov al frente del gobierno búlgaro
Los conservadores del partido Gerb, del ex primer ministro Boiko Borísov, lo tienen todo de cara para volver al poder en Bulgaria, tras ganar ayer las elecciones legislativas, según las encuestas a pie de urna. Gerb, con un 32% de votos, habría sacado cinco puntos a su inmediato rival, los socialistas del PSB, que pregonaban un mayor acercamiento a Rusia.
Esta victoria devuelve al país al punto de partida del pasado noviembre, cuando Borísov dimitió por la derrota de su candidata en las elecciones presidenciales, y abrió la crisis de gobierno que ha obligado a estos comicios adelantados. Ahora Borísov asume la posibilidad de tener un tercer mandato, pero no tendrá fácil la formación de un nuevo ejecutivo, dado que no tiene una mayoría y el enfrentamiento con los socialistas, muy enconado, especialmente las últimas semanas por la igualdad en los sondeos, hace casi imposible pensar en una gran coalición.
A Borísov le queda recurrir a los pequeños partidos. Si el recuento de los votos confirma el resultado de los sondeos, la alianza ultranacionalista Patriotas Unidos será la tercera fuerza política con cerca del 9 % de los sufragios, seguida de cerca por el Movimiento de Derechos y Libertades (DPS), el partido de la minoría turca (7,3-9,5 %).
Con la victoria de Gerb “el consenso prooccidental se mantiene. La amenaza de la ambición rusa ha jugado a favor de los conservadores y ha movilizado el electorado”, comentaba anoche el analista del instituto Gallup Parvan Simeonov.
Borísov se apresuró a celebrar su victoria, cuando no se tenían aún los resultados finales y dijo que se sentía “obligado por el resultado” a hacer lo posible para formar gobierno.
La del pasado noviembre era la segunda dimisión de este exguardaespaldas que tuvo una ascensión fulgurante en el mundo de la política: llegó a la jefatura del gobierno en el 2009. Tiró la toalla en el 2013, en el contexto de unas manifestaciones masivas contra la pobreza y la corrupción. Pero en el 2014 fue reelegido.
En estas, las terceras elecciones legislativas que vive Bulgaria en cuatro años, los problemas internacionales –tensiones con Turquía y el debate sobre la influencia rusa– dominaron la campaña. No obstante, la corrupción endémica y el bajo nivel de vida siguen siendo las principales preocupaciones del votante de este país, el más pobre de la UE.
El partido proocidental gana a los socialistas prorrusos, pero tendrá que pactar un gobierno de coalición