Guerra a los ladrones de papel higiénico
China instala un escáner facial en los baños públicos para racionalizar el uso del papel higiénico
Los baños públicos de China tienen mala fama. Una mala reputación debida no sólo a sus discutibles condiciones higiénicas, sino porque muchos de ellos no están equipados con papel higiénico y sus usuarios tienen que llevarse su propio rollo de papel cuando quieren ir al servicio. Una situación especialmente embarazosa en los lugares turísticos y que disgusta a las autoridades, que consideran que proyecta una mala imagen del país.
Detrás de esta situación se hallan los denominados ladrones de papel higiénico. Un colectivo anónimo, integrado en la mayoría de los casos por residentes locales, normalmente de edad avanzada, que aprovechan el suministro gratuito de papel en los baños de los sitios turísticos para abastecerse y llevarse rollos enteros a su domicilio.
Ahora, las autoridades de Pekín han dicho basta y están dispuestas a acabar con esta situación endémica, para lo cual han optado por recurrir a la tecnología. De modo experimental, han decidido instalar unos identificadores faciales que racionan la cantidad de papel higiénico a cada usuario en el Templo del Cielo, uno de los lugares más bonitos y emblemáticos de la capital china y que atrae a numerosos visitantes, tanto locales como extranjeros.
Los responsables municipales han colocado, por el momento, seis dispensadores automáticos de papel higiénico en los baños públicos de este concurrido parque situado al sur de Pekín, donde numerosos vecinos se dedican a hacer taichi, ejecutar bailes o simplemente pasear. Muchos de ellos son los mismos que hasta ahora aprovechaban para llevarse los rollos de papel que desde hace diez años depositaban rigurosamente los servicios del Ayuntamiento. “En muchas ocasiones, en tan sólo 20 minutos ya se ha terminado el papel”, ha señalado un empleado de la limpieza a la agencia de noticias Sina.
A partir de ahora , sin embargo, ya no podrán hacerlo. Desde hace unos días, todo aquel que vaya al retrete en este parque debe pasar primero por un escáner, mirar fijamente a la máquina durante unos pocos segundos y esperar 30 segundos más hasta que el dispositivo libera un papel de 60 centímetros, ni uno más ni uno menos. Y si el usuario intenta repetir la operación, la máquina le advierte que deberá esperar nueve minutos.
“Si nos encontramos con una persona que tiene diarrea o cualquier otra situación de emergencia, puede pedir ayuda a nuestro personal sobre el terreno que le proporcionará directamente el papel higiénico”, explicó en su momento un portavoz del Templo del Cielo al diario Beijing Evening News.
Los responsables del nuevo sistema justifican la instalación de estos escáneres ante el dispendio de papel que existía hasta ahora. Lei Zhenshan, de la firma Shulian Zhineng, que ha desarrollado la máquina dispensadora de papel, reconoce que al principio les parecía una iniciativa excéntrica, pero que el alto nivel de derroche de papel les convenció para instalar el escáner facial. “Creemos que es la única manera de evitar el despilfarro de papel higiénico”, dijo Lei.Y es que cada aparato, que tiene un coste del orden de 800 euros, ha permitido ya reducir en un 30% la cantidad de papel que se usa en los inodoros, ha señalado un responsable del parque del Templo del Cielo.
Los impulsores de este proyecto confían en que a través de su iniciativa acabarán con los ladrones de papel higiénico y contribuirán a mejorar la imagen de los servicios públicos chinos. Es un objetivo que el Gobierno se marcó en el 2015 y que contempla la construcción o renovación de 100.000 baños públicos hasta el 2020. En este proyecto prevé gastar alrededor de 2.000 millones de euros para situar los sanitarios del país al nivel de los estándares internacionales y equiparlos con televisores, wifi, cajeros automáticos y hasta sofás, según publicó el diario China Daily. Toda una revolución de los retretes está en marcha en China.
Las máquinas sólo liberan una hoja de papel de 60 centímetros por cada usuario