Egipto condena a 56 personas a cárcel por el naufragio de una patera
EL CAIRO Redacción y agencias Un tribunal egipcio condenó ayer a 56 personas a penas de entre 7 y 10 años de cárcel por su papel en el naufragio de una patera en el que murieron más de 200 personas, una de las peores tragedias migratorias en el Mediterráneo.
Ocurrió el 21 de septiembre del 2016. Un barco de pesca con 450 migrantes a bordo –un centenar de ellos, confinados en la bodega– que se dirigía a Italia zozobró a 12 kilómetros del puerto egipcio de Rosetta. Hubo 169 supervivientes, la mayoría egipcios. En la embarcación iban también sirios, sudaneses, eritreos y somalíes.
El relato de los supervivientes estremece. El barco estuvo en el mar, alejado de la costa, durante cinco días antes de zarpar, para que el máximo número de migrantes pudieran ser embarcados. Volcó cuando se cargó a un último grupo de 150 personas.
Entre los cargos de los 56 condenados ayer está el asesinato, la negligencia, el uso de una embarcación sin licencia, y cobrar dinero de las víctimas para organizar su emigración ilegal. Sólo 31 personas estaban en el tribunal y los restantes 25 han sido juzgados en rebeldía. Una mujer fue absuelta.
Un mes después de este naufragio, el Parlamento egipcio aprobó una legislación que fijaba penas de cárcel y multas para los traficantes de migrantes, intermediarios u organizadores. El Gobierno del mariscal Abdul Fatah al Sisi se ha mostrado colaborador con Europa para atajar el problema migratorio, a cambio de que la UE haga la vista gorda a sus abusos y apoye su maltrecha economía.
Al Sisi tiene suscrito un acuerdo de devolución de migrantes generoso con Roma, que puede meter directamente a los inmigrantes ilegales que sospecha son
El barco de pesca, con 450 migrantes a bordo, muchos en la bodega, volcó por sobrecarga y hubo 200 muertos
egipcios en vuelos de vuelta a El Cairo. Con Túnez o Nigeria el proceso de devolución es mucho más farragoso, y los migrantes no suben a un avión hasta que sus embajadas han reconocido que se trata de sus nacionales. Para la mayoría de países subsaharianos, Italia no tiene ningún acuerdo.
Las llegadas a Grecia han caído con el acuerdo que la UE firmó hace un año con Turquía, mientras en Italia se han disparado. La ruta del Mediterráneo central es mucho más peligrosa, lo que explica que un récord de 5.100 migrantes murieran el año pasado.
Italia trata de llegar a un acuerdo con Libia, un país en guerra y sumido en el caos, donde los traficantes operan con impunidad.