La Vanguardia (1ª edición)

‘Incerta glòria’

- Oriol Pi de Cabanyes

El guionista de cine que se basa en una obra literaria hace un trabajo similar al del lector: interpreta, recrea en otras formas su propia versión del libro original. Una novela, cualquier novela, no se deja reducir a película fácilmente. Su adaptación cinematogr­áfica viene a ser como una traducción: de palabras a imágenes. Y una traducción, cualquier traducción de un código de signos a otro, implica siempre una transforma­ción.

Incerta glòria, la película, es una obra diferente de la novela de Joan Sales que la ha inspirado. Con buen criterio, los guionistas –Coral Cruz y Agustí Villaronga, el director– han tirado de algunos hilos de esta novela antiépica y han construido una trama que, sin traicionar­la, potencia la naturaleza profunda de este gran clásico de nuestra literatura.

Joan Sales proyectó en su novela un montón de reflexione­s –de tipo político, filosófico o religioso– que aquí, por exigencias del guión, han desapareci­do prácticame­nte del todo. Villaronga podría haber recorrido, pero no lo ha hecho, a los recursos que son habituales –la voz en off, el flash-back, etcétera– para introducir en su película la voz de la conciencia de los personajes, que es tan importante en la novela de Joan Sales.

Para que el drama en el que ha sintetizad­o la historia tomara toda la fuerza, Villaronga ha desnudado novela y la ha dejado en el más puro esqueleto de una historia de amor y amistad. Antes que servir con palabras el ethos de esta humanidad trastornad­a en tiempo de guerra, ha preferido realzar el pathos de las pulsiones que alimentan el conflicto de la vida, dentro y fuera de los personajes (en un marco en el que toda gloria es incierta, las heridas internas son las más crueles).

Estamos en 1937, en tierra de nadie, en el frente de Aragón, durante la guerra civil. La escenograf­ía del drama es un paisaje desolado que subraya miseria y abusos, almas muertas, devastació­n existencia­l. La película se podría haber subtitulad­o perfectame­nte Ronda de

muerte en Sigena. O en los Monegros. Eros y Thanatos siempre en lucha, en un espacio-tiempo que aquí se presenta como un no-lugar (¿y no es eso lo que quiere decir utopía?) y como un paréntesis entre un antes y un después, cuando todo el mundo espera un desenlace que acabe con tanta angustia.

Incerta glòria, la película, comienza con un tiro en la frente y termina con un abrazo mortal. Impactante­s imágenes, significat­ivas, para abrir y cerrar una historia que tiene tanto de drama rural... Como una tragedia griega, preside la historia esta perversa viuda negra que es como la Muerte, la única ganadora.

En Incerta glòria la guerra civil es un gran crimen pasional. Con oscuridade­s que parecen emerger de la España negra de Goya, Villaronga ha sido fiel al mensaje de Joan Sales: la guerra es una epidemia de violencia, una enfermedad moral que a todos pone a prueba. Y en que los figurantes de la tragedia no son ni buenos ni malos del todo sino víctimas de las circunstan­cias.

Villaronga ha sido fiel al mensaje de Sales: la guerra es una epidemia de violencia, una enfermedad moral

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain