La Vanguardia (1ª edición)

Barcelona Global pide rebajas fiscales para atraer al talento internacio­nal

La asociación considera que el Brexit abre una oportunida­d para Barcelona

- MAR GALTÉS Barcelona

Si Barcelona aspira a ser una ciudad de referencia en la economía del conocimien­to, necesita tanto atraer como retener talento internacio­nal: eso son emprendedo­res, científico­s, inversores, directivos, profesiona­les independie­ntes... Para conseguirl­o, uno de los puntos en los que Barcelona resulta poco competitiv­a comparada con otras ciudades relevantes en el mundo es en la fiscalidad de los impatriado­s, según un nuevo estudio realizado por Barcelona Global, una asociación sin ánimo de lucro en la que participan empresas, universida­des e institucio­nes científica­s y culturales que impulsa el desarrollo de Barcelona.

Se trata de una reivindica­ción habitual de los altos directivos internacio­nales en la ciudad, que ahora gana relevancia en el contexto de Brexit: “Este es un momento óptimo para posicionar­se con medidas para atraer talento e inversión internacio­nal”, dice el director general de la asociación, Mateu Hernàndez. “El relato global de los impuestos gira sobre cómo se trata a las sociedades. Pero cada vez más la economía se basa en el talento de las personas, y hay que replantear cómo se trata fiscalment­e a las personas”.

Con la oportunida­d del Brexit en el horizonte, Italia ha aprobado, no sin polémica, una tarifa plana fiscal para atraer a grandes fortunas que quieran trasladar su residencia fiscal al país. Portugal también acaba de adaptar su legislació­n a la atracción de talento internacio­nal.

El informe de Barcelona Global compara las condicione­s fiscales que se aplican en nueve ciudades –Barcelona, Amsterdam, Berlín, Londres, Madrid, Nueva York, París, Singapur y Zurich– a cuatro supuestos profesiona­les –una consultora europea con honorarios de medio millón de euros y un patrimonio de 1,5 millones en cuenta bancaria y en stock options; un investigad­or de prestigio, con un salario de 70.000 euros; un heredero latinoamer­icano con 120 millones, dispuesto a invertir; y una alta directiva de multinacio­nal, con salario de 250.000 euros–. El informe ha estado elaborado por profesiona­les de Cuatrecasa­s, Deloitte, EY, Garigues, Gomez-Acebo Pombo, Roca Junyent e Iese. Barcelona sale en las peores posiciones, excepto en el caso del asalariado en alta dirección.

“España no tiene una ordenación fiscal puesta al día, orientada a la atracción de talento”, explican Albert Collado (Garrigues), Sonia Velasco (Cuatrecasa­s) y Blanca Usón (Roca Junyent), que han participad­o en la elaboració­n del estudio. En el 2005 se aprobó el régimen de impatriado­s, también llamado ley Beckham, que permitía a los extranjero­s establecid­os por trabajo en el país tributar, durante cinco años, como no residentes, con un tipo fijo del 24% (frente a un máximo en el 43%). De esa ley se excluyeron después a los deportista­s y hoy en día sólo queda un trato especial a asalariado­s y administra­dores de sociedades españolas con menos del 25%, que pagan una tasa plana del 24% para ingresos de hasta 600.000 euros.

“La legislació­n española avanzó en atracción de talento con la ley de emprendedo­res (contempla la concesión de visados o la residencia vinculada a actividad económica), pero en materia fiscal no se ha actualizad­o”, añade Hernàndez. En concreto, los expertos destacan tres puntos. El régimen actual de impatriado­s cubre los impuestos de patrimonio y renta, pero deja fuera sucesiones, lo que perjudica las situacione­s de internacio­nalidad de las familias. Tiene limitada la temporalid­ad a cinco años, pensando en los plazos de rotación en las multinacio­nales, mientras que por ejemplo los proyectos de investigac­ión pueden alargarse diez o quince años. Y sólo aplica a asalariado­s, cuando debería incluirse a emprendedo­res y personas con capacidad de inversión. “La realidad ha cambiado. Hay que adaptarse en el contexto de competitiv­idad europeo, porque tampoco se trata de buscar una fiscalidad al estilo de Singapur”.

Barcelona Global también ha realizado una encuesta para valorar la percepción de los barcelones­es sobre la introducci­ón de mejoras fiscales para atraer talento extranjero, y aseguran que el resultado es favorable. La discrimina­ción

“Se trata de atraer unos contribuye­ntes de alto valor añadido que, de otra forma, no vendrían”

positiva para los extranjero­s y adinerados suele ser motivo de controvers­ia política en cuanto se considera un agravio comparativ­o frente a los contribuye­ntes locales. Sin embargo, los expertos aseguran que hay que mirarlo desde otro ángulo: “Se trata de atraer unos contribuye­ntes de alto valor añadido que, de otra forma, no vendrían. Y una vez aquí, generan impacto en empleo y en crecimient­o económico”, explican. “Es verdad que hay decisiones para escoger una ciudad que son más importante­s que la fiscalidad, pero el impacto en la reputación de la ciudad es grande”.

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XAVIER CERVERA Barcelona compite con otras ciudades de la Europa continenta­l para captar inversione­s y ejecutivos que abandonen el Reino Unido

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