La Vanguardia (1ª edición)

Paisajes plutónicos

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Amás de uno, cuando imagina unas vacaciones en Lanzarote, la mente le traiciona, y se limita a evocar playas con tumbonas, turistas enrojecido­s blandiendo palos selfie desde la giba de un camello –en realidad, son dromedario­s– y hoteles dotados de bufé libre. Sin embargo, por mucho que cueste desterrar los tópicos, la verdad es que “la isla de los volcanes” atesora mucho más que todo eso.

PARAÍSOS TODO EL AÑO

Lanzarote, junto a su hermana pequeña La Graciosa, es en realidad un auténtico paraíso para los aficionado­s a los deportes al aire libre, que encuentran un sinfín de paisajes sobrecoged­ores, un clima amable todo el año y una rica red de sendas y caminos perfectos para caminar, correr y pedalear por parajes vírgenes y solitarios. Precisamen­te a ellos van dirigidas las rutas de Vulcan Bike (vulcanbike.com), que esta primavera presenta dos nuevas travesías, la Vulcan Walk y la Vulcan Trail, creadas para descubrir –caminando y corriendo, respectiva­mente– la cara más salvaje y primigenia de estas dos islas.

CAMINAR ENTRE VOLCANES

La Vulcan Walk propone un viaje a pie desde playa Blanca, en la costa sur de Lanzarote, hasta Órzola, en el extremo norte. El itinerario suma un total de 86 kilómetros y permite recorrer la isla en cuatro cómodas y variadas etapas que, si se prefiere, se pueden ampliar a cinco.

El primer día (17 kilómetros, 900 metros+) se salva el desértico y misterioso macizo de Los

Ajaches, cuyo desgastado relieve se erigió hace nada menos que 20 millones de años. Tras pasar la noche en una acogedora casa rural de Uga y desayunar en su frondoso jardín –inmejorabl­e ocasión para degustar el tradiciona­l gofio–, la

segunda etapa (21 kilómetros, 350 metros+) nos conduce hasta el corazón de La Geria, una zona vitiviníco­la única en el mundo en la que las vides crecen directamen­te sobre el picón, la grava volcánica fruto de las erupciones que a principios del siglo xviii cambiaron la orografía de buena parte de la isla. La ruta continúa por el malpaís de

Timanfaya, un onírico infierno de rocas, calderas y campos de lava, solo accesibles por un sendero exclusivo para caminantes, por el que nos perderemos en el caos de magma más joven de Lanzarote.

OCÉANOS DE LAVA

El tercer día, la ruta avanza desde Tinajo hasta Caleta de Famara (21 kilómetros, 150 metros+), siguiendo primero el abrupto litoral, donde el océano ruge entre acantilado­s y volcanes medio devorados por el oleaje. Después de coronar la Montaña Bermeja, se llega a la capital surfera de la isla a través de un inolvidabl­e sector de litoral de arena blanca, sobre la que destacan grandes rocas negras con incrustaci­ones de olivina. La cuarta etapa, entre Famara y Órzola (27 kilómetros, 1.500 metros+), es la más larga y exigente. Se desarrolla íntegramen­te sobre los impresiona­ntes acantilado­s del risco de Famara ,a los que se accede por un vergel que crece al amparo de estos escarpes, que se alzan más de 600 metros sobre el Atlántico.

RELAX EN LA GRACIOSA

Como colofón de la travesía, al otro lado de El Río aguarda La Graciosa, con sus paradisíac­as playas y sus volcanes de colores. La pequeña isla, de tan solo 29 kilómetros cuadrados y todavía libre de asfalto, es el escondite ideal para relajarse

durante un par de días al final del trayecto. Merece la pena reservar energías para pasear desde Caleta del Sebo hasta la Montaña Amarilla (10 kilómetros entre ida y vuelta), pasando por playa Francesa y playa de La Cocina, ambas de arena blanca y aguas turquesas. Al día siguiente podemos alquilar una bicicleta y salir a explorar la costa norte y visitar los arcos de basalto de Los Caletones y las playas de Lambra y Las Conchas, también espectacul­ares, pero en las que hay que ser prudente a causa del oleaje y las fuertes corrientes.

OPCIÓN ‘TRAIL RUNNER’

A partir del mismo trazado de la Vulcan Walk, la Vulcan Trail propone un viaje de running de montaña por etapas. Gracias al servicio de transporte de equipajes entre alojamient­os, se puede correr sin peso, viajando como un nómada y disfrutand­o al máximo de cada una de las etapas. Para esta aventura, todos los días existen variantes

opcionales que endurecen y prolongan el ya de por sí intenso y gratifican­te recorrido.

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Campos de lava de Timanfaya, en el corazón de Lanzarote.
 ??  ?? Arcos de basalto sobre el océano, en La Graciosa, durante la ruta Vulcan Bike.
Arcos de basalto sobre el océano, en La Graciosa, durante la ruta Vulcan Bike.

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