La Vanguardia (1ª edición)

“Mi meta es ser el mejor de la historia”

Jon Rahm vive sentimient­os encontrado­s: tras una gran semana, falló en el último día

- SERGIO HEREDIA Barcelona

Menuda semana se dio Jon Rahm (22) en Austin (Texas). Jugó siete partidos a 18 hoyos. Había ganado todos cuando apareció en el último. El decisivo, el que le enfrentaba a Dustin Johnson, el mejor jugador del mundo. Este lo perdió. Y entonces dijo: –En el último partido jugué mi peor golf de la semana. No sé qué pasó a partir del hoyo 3. Todo lo que podía salir mal salió mal.

Es una declaració­n elocuente. Este gigantón vasco de apellido alemán es un inconformi­sta:

–Mi meta es ser el mejor golfista de la historia. Sé que puede sonar arrogante, pero es lo que yo tengo en la cabeza.

Las circunstan­cias corren a su favor. Apenas lleva nueve meses en el escenario de los profesiona­les. Ha avanzado 123 puestos en tres meses. Ya es el decimocuar­to del mundo. Su actuación en el Mundial Match-Play lo incluye en las tablas de precocidad. Algunos lo sitúan por encima de Sergio García (Rahm le sacó seis hoyos en su enfrentami­ento del viernes) y otros lo comparan con Seve Ballestero­s. O con Tiger Woods, el elegido. Hay quien interpreta que su presencia podría ser tan decisiva para el deporte español como la de Fernando Alonso, Miguel Indurain o Rafael Nadal.

–Si Jack Nicklaus tiene 18 grandes, yo quiero 19 –dice.

Lo apodan Jon Rahmbo, acaso con poca gracia.

–Yo entiendo que ya puedo estar aquí. Solo tengo 22 años y es mi temporada de rookie. Veo que puedo competir con Dustin Johnson o con cualquier otro incluso en un mal día.

Rahm había empezado el año como el 137.º del mundo; ahora, ya es el decimocuar­to

El mal día lo vivió el domingo. En particular, a la altura del hoyo 3. El atasco lo situó a años luz de Johnson. En el hoyo seis iba cuatro golpes por debajo.

–En el hoyo 13 me dije: “No más quejas, no más lamentos. Ve con todo e inténtalo”.

Mandó la bola al green y se apuntó el hoyo. En el 16, apenas iba un golpe por detrás de Johnson.

Se había enrarecido el ambiente, pasmado por la perseveran­cia de Rahm. Tragando saliva, Johnson aguantó la embestida. Rahm intentó el ataque decisivo en el 18, el último hoyo, pero para entonces se le habían agotado los recursos. Johnson mantuvo la calma.

En dos semanas, Rahm debuta en un Masters. Lo hará en Augusta.

Los gurús se frotan las manos.

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