Rebelión sanitaria
Que no nos engañen. Los recortes sanitarios no existen para pagar con nuestros impuestos, por ejemplo, la sección privada del Clínic (Barnaclínic), hospitales concertados que luego pasan factura, jefaturas sanitarias que viven lejos del paciente, jubilaciones blindadas… La sanidad catalana está privatizando de manera sibilina el único reducto que aún es público: la atención primaria.
Se ha privatizado, sin que se enteren los usuarios, radiología, laboratorio, servicios informáticos, mantenimiento, especialistas, desvalijando así las arcas públicas y ofreciendo un servicio escaso: radiografías sin informar, demoras a pruebas diagnósticas, intervenciones quirúrgicas que a veces no llegan ni a realizarse. A ello se une la falta de suplencias en primaria con listas interminables de pacientes que se encuentran con un sanitario cansado y nervioso. Estos gestores están despreciando no sólo a los profesionales, también a los usuarios que con sus impuestos están pagando sus altos sueldos y reciben una atención médica low cost.
Los trabajadores de primaria han salido del coma, se han rebelado y seguirán luchando para ofrecer a sus pacientes (no clientes) la sanidad y el trato digno que se merecen.
GRISELDA MARTÍN CARPENA
Barcelona