Elon Musk quiere conectar el cerebro con el ordenador
El visionario empresario crea una compañía neurocientífica
Primero nos hizo creer en los coches eléctricos con Tesla. Después nos demostró que se puede llegar a Marte con SpaceX. Más tarde nos llevó a soñar con un transporte ultraveloz, el Hyperloop. Ahora quiere llevar nuestros cerebros a una nueva dimensión gracias a una conexión con las máquinas. Elon Musk acaba de crear una nueva compañía llamada Neuralink registrada como empresa para la “investigación médica” que intentará desarrollar ese avance.
La nueva compañía de Musk, representada por Jared Birchall como presidente y consejero delegado, fue desvelada ayer por
The Wall Street Journal, que aseguró que Musk mantiene una fuerte implicación en el lanzamiento de la compañía.
La idea de Musk, expresada en otras ocasiones, es crear una “capa digital” por encima del córtex, el revestimiento superficial de los hemisferios cerebrales. El visionario empresario llama “enlace neural” a esta tecnología, que entrelazaría el cerebro y los ordenadores.
Según su planteamiento, este tipo de tecnología permitiría que los seres humanos avanzaran al acelerado ritmo que lo hará la inteligencia artificial. Además de mejorar funciones cerebrales, el planteamiento es que sirva un día para descargar pensamientos humanos o cargar los pensamientos de otro. Este tipo de tecnología humano-máquina podría servir para tratar enfermedades como la epilepsia, el parkinson o el alzheimer. De hecho, ya existen investigaciones en marcha de este tipo para combatir estas afecciones.
Neuralink investigará la cura de enfermedades mediante esa conexión, pero otro de sus objetivos es evitar que la humanidad sea superada por la inteligencia artificial, una posibilidad sobre la que Musk y otros personajes como el físico Stephen Hawking o el fundador de Microsoft, Bill Gates, han advertido con cierta alarma. El propósito de esa nueva tecnología sería evitar que los seres humanos se vean subyugados por las máquinas.
Según la información del diario neoyorquino, Neuralink ha contratado en las últimas semanas a un buen número de especialistas en la materia para empezar a trabajar en sus proyectos. Entre ellos se encuentran Vanessa Tolossa, hasta ahora ingeniera experta en electrodos flexibles en el laboratorio nacional Lawrence Livermore; Philip Sabes, profesor de la Universidad de California especializado en el control del movimiento por parte del cerebro, y Timothy Gardner, profesor de la Universidad de Boston conocido por haber implantado minielectrodos en el cerebro de pájaros para estudiar la forma en que cantan.
Los primeros productos de Neuralink podrían ser implantes avanzados para el tratamiento de la epilepsia o la depresión, cuyo valor de mercado sería de miles de millones de euros. De la misma forma, se crearían electrodos más simples como los ya existentes para enfermedades como el parkinson.
Musk se ha expresado en otras ocasiones sobre estas ideas. En primer lugar, la curación de problemas neuronales. En segundo lugar, la expansión del potencial del cerebro humano. La tecnología que explorará, no obstante, se enfrenta a grandes obstáculos. No sólo por la forma de conectar el cerebro a la máquina de forma que las señales de cada uno sean interpretadas por el otro de forma correcta, sino también para encontrar algún tipo de cirugía mínimamente invasiva que lo haga viable.
Esos implantes, además, deberían ser seguros y estables. La empresa no es nada fácil, pero Musk ya tiene coches eléctricos en las carreteras y cohetes en el espacio. Al tiempo.
CURACIÓN Uno de los propósitos del proyecto es sanar enfermedades como el parkinson
NUEVA DIMENSIÓN La compañía busca expandir el potencial humano frente a la inteligencia artificial