¿Quién quiere ser president?
Ramon Madaula lleva a la Muntaner una obra sobre las motivaciones de la política
Ramon Madaula es popular como actor, pero estuvo a punto de ganar en el 2015 el torneo de dramaturgos del festival Temporada Alta con L’electe, que ponía en escena a un político que acababa de ser elegido como 135.º presidente de la Generalitat –vamos por el 130– y que a horas del discurso de investidura tenía un grave problema: cada vez que, ensayando frente al espejo, dice que va a solicitar la confianza de los presentes, le pica horrorosamente la nariz y hace muecas ridículas. Acude a un psiquiatra para que le trate de urgencia con una pastilla y este le pide que le hable de su infancia: se sintió un niño gris al que nadie hacía caso. Para salir de la grisura, decidió que triunfaría.
Entonces L’electe duraba 40 minutos, pero ahora Madaula la ha reescrito totalmente y la ha convertido en una pieza de hora y diez minutos sobre las motivaciones reales que llevan a alguien a ser presidente, que no son el poder, el dinero o ayudar a los demás. Una pieza, confiesa, con fuerte peso autobiográfico que él mismo protagoniza hasta el 7 de mayo junto a Roger Coma en la sala Muntaner dirigidos por Jordi Casanovas. Eso sí, si en Temporada Alta alguien vio un trasunto de Artur Mas en el protagonista, Madaula dice que puede ser cualquier político.
Y es que el autor piensa que una persona quiere llegar a presidente debido a una necesidad de reconocimiento social porque quizá ha sufrido algún trauma. Así su protagonista viene, dice, “de una familia menestral catalana donde las muestras de afecto son escasas, lo importante es el negocio y eso de niño lo ha llevado mal y lo transforma en una gran ambición”. Y Madaula no se esconde y dice que para imaginar al presidente ha hecho un paralelismo con su propia vida privada y con qué lleva a alguien a querer salir cada noche a escena ante 500 personas, “la cosa más incómoda del mundo”.
“Las cosas más insignificantes determinan nuestras vidas. Él siente interiormente que es un fraude, aunque gane elecciones. También sentimos eso los actores”, dice el autor, y confiesa que
“Quizá a Rajoy le dijeron de pequeño ‘eres zopas’ y dijo: ‘¿zopas?, pues ahora seré presidente’”, ríe Madaula
los padres de la obra son como sus padres y que “los hermanos del protagonista ni le votan, no creen que sea buen presidente, y a mis hermanos tampoco les gusta nada de lo que hago en escena”. Y concluye fuerte: “Al protagonista le llamaban de pequeño Quimet el Barrilet y mis hermanos también se reían de defectos físicos míos. A un niño aunque le quieras le haces un comentario y le marca. Quizá acabará de presidente por eso. Quizá a Rajoy le dijeron de pequeño ‘eres zopas’ y dijo: ‘¿zopas?, pues ahora seré presidente’”.