Un frente conservador europeo pide la dimisión de Dijsselbloem
Más de 70 diputados critican su sexismo y desprecio por los países del Sur
El presidente del Eurogrupo, el holandés y laborista Jeroen Dijsselbloem, cada vez tiene menos amigos en Europa. Ayer, 73 eurodiputados le enviaron una carta pidiendo que dimita y que retire sus comentarios sobre los países del Sur, a los que la semana pasada acusó de gastarse el dinero en “mujeres y alcohol”.
“Muchos de nosotros no nos sentimos representados por usted desde que conocimos sus comentarios”. “Las palabras fueron discriminatorias, ofensivas y sexistas”. “Tuvo la opción de disculparse y no quiso hacerlo alegando su estilo directo. En nuestra opinión, la cultura calvinista no tiene ninguna relación con el desprecio a otras personas”. “Atacar a un grupo de países es atacar a cada uno de los países de la Unión Europea. Atacar a las mujeres con expresiones humillantes es atacar a toda la sociedad, hombres y mujeres. Sin distinción”, destacan los firmantes de la misiva. La mayoría de ellos forman parte del Partido Popular Europeo (PPE). Y la coincidencia no es casual. Dijsselbloem, actual ministro de Finanzas de los Países Bajos por el grupo laborista (PvdA), forma parte del grupo progresista en el Parlamento Europeo, rival de los conservadores.
Entre los 73 firmantes, hay todos los representantes del Partido Popular, el catalán Francesc Gambús (PPE), los eurodiputados españoles de la Alianza de los Liberales y Demócratas Europeos Javier Nart, Carolina Punset (ambos de Ciudadanos), María Teresa Giménez Barbat, Beatriz Becerra y Maite Pagazaurtundúa, la última de UPyD. En total, la carta está firmada por diputados de 15 países, principalmente españoles, italianos y también portugueses, entre los que figura el líder del PPE en la Eurocámara, el alemán Manfred Weber, y algunos representantes del grupo socialistas y Demócratas e Izquierda Unitaria Europea, aunque de ellos, ninguno es español.
Dijsselbloem no hizo declaraciones al respecto, pero si sigue fiel a su postura, como ha hecho hasta ahora, no querrá bajar del carro. Su panorama no es nada favorable. Además de la polémica de sus declaraciones, su continuidad como presidente del Eurogrupo está en el aire. Su partido probablemente no repetirá en el próximo gobierno de los Países Bajos, ya que en las últimas elecciones perdió 29 escaños, al pasar de los 38 a los 9 escaños. Así que Dijsselbloem podría perder su cartera de ministro antes de que termine su mandato europeo, produciéndose una situación inédita en el Eurogrupo. Las reglas de la presidencia son poco claras y, como el mismo Dijsselbloem dijo, “no hay nada” en las normas europeas que obligue a que el presidente del Eurogrupo sea un ministro, a lo que añadió que, “si hay algún lapso” entre el final de su mandato como ministro y el final de su mandato como presidente del Eurogrupo (1 de enero del 2018), “corresponderá a los ministros europeos decidir si debe haber algún cambio”.
Ello ha vuelto a despertar las posibilidades de que el ministro de Economía español, Luis de Guindos, que en el mes de julio del 2015 disputó sin éxito el puesto al holandés, sustituya al laborista en el cargo. Pero ayer Guindos volvió a insistir en que “no es candidato a presidir el Eurogrupo” y lamentó que España esté “muy infrarrepresentada” en las principales instituciones de la Unión Europea (UE).
“La cultura calvinista no tiene ninguna relación con el desprecio a otras personas”, dice la carta