Banca y fondos culminan el rescate de Abengoa
La firma recibe 1.170 millones y capitaliza la deuda
Un año y cuatro meses después de asomarse al abismo en diciembre del 2015 –cuando presentó el mayor preconcurso de acreedores de la historia de España con una deuda de 25.000 millones de euros–, Abengoa cerró ayer el periodo más convulso de su historia con la capitalización de su deuda y la recepción de los 1.170 millones de euros de liquidez previstos en el plan de rescate, un complejo proceso liderado por el despacho Cortés Abogados. La multinacional sevillana de ingeniería y energías renovables está desde ahora controlada en un 95% de su capital por sus acreedores financieros y el grupo de fondos y bancos que le han concedido liquidez o se han convertido en avalistas.
La participación del expresidente Felipe Benjumea, su hermano Javier y sus diez hermanas, junto con otras familias históricas de la compañía, se quedará en sólo el 1,5%, cuando hasta ahora superaba el 40%. El resto de los miles de pequeños accionistas de Abengoa han sufrido las mismas pérdidas que los accionistas de referencia. Hasta ayer, el valor de la empresa en bolsa era de apenas 200 millones de euros.
La reconversión de Abengoa ha sido encomendada a Gonzalo Urquijo, su nuevo presidente, y el consejo de administración que sustituyó al cesado en la junta de accionistas del pasado noviembre. El punto de partida es el de los resultados del 2016, cuando se registraron unas pérdidas de 7.629 millones de euros, seis veces más que en el 2015. Estos números rojos, los mayores declarados nunca por una empresa en España que no fuera financiera, se debieron, sobre todo, al deterioro de los activos, la ralentización del negocio y los mayores gastos financieros.
Ahora, las pérdidas ya son historia y Abengoa quiere mirar sólo al futuro. Los casi 1.200 millones recibidos –de los que 550 millones se devolverán a prestamistas anteriores–, junto con el que obtenga del agresivo plan de desinversiones previsto, debería bastar a la empresa para eliminar cualquier problema de tesorería a corto y medio plazo y ganar tiempo de cara a la etapa que tiene por delante, que es la de la reconstrucción. “Todo el saneamiento está hecho, los equipos han resistido y el potencial de crecimiento es enorme”, comentaron ayer fuentes de la empresa.
En los próximos días, Abengoa prevé que sean admitidos a cotización los 18.000 millones de nuevas acciones que han recibido ya los acreedores a cambio del perdón del 70% de la deuda y la capitalización del importe restante. La inminencia de esta operación ha provocado una fuerte especulación en los últimos días en bolsa, donde cotizan acciones A y B. En ambos casos, los títulos se han disparado en las últimas sesiones tras muchísimos meses de atonía, aunque ayer se produjo una corrección también severa, del 7,4% en el caso de las A, y del 10,3%, en las B.
En el mercado, sin embargo, cotiza todavía la incertidumbre sobre la capacidad de la empresa para llevar a cabo su plan. A las dudas generales se suman dos, que son de peso: por un lado, aún no es firme la homologación judicial del acuerdo de refinanciación de octubre del año pasado; por otro, la Audiencia Nacional ha abierto diligencias por falsedad documental en el 2015 y el 2016.
La compañía gana tiempo para ejecutar las desinversiones previstas y trazar su nueva hoja de ruta