Sánchez arrasa a Díaz y revoluciona el PSOE
La militancia devuelve al cargo a su exlíder y da un revolcón a la presidenta andaluza El vencedor se estrena con llamamientos a la unidad y la dimisión de Hernando
Un terremoto político de una magnitud nunca registrada en los 138 años de historia del PSOE. Ni siquiera cuando, en 1998, Josep Borrell dio la campanada y le dobló el pulso a un Joaquín Almunia arropado por todo el aparato socialista. Ni tampoco cuando un casi desconocido José Luis Rodríguez Zapatero, en el 2000, le ganó la partida a un José Bono que también contó con el apoyo de todas las cúpulas y los aparatos del partido. Anoche, lo posible, finalmente, venció a lo probable. Pedro Sánchez ganó por diez puntos a Susana Díaz y es, de nuevo, el secretario general del PSOE.
Aunque, hace apenas unas semanas, lo posible se presumía, simplemente, imposible. Pedro Sánchez, dado por muerto por todo el PSOE hace casi ocho meses, y singularmente por los que le empujaron por el precipicio en el convulso comité federal del 1 de octubre del 2016, recuperó anoche contra todo pronóstico y contra la mayoría de los poderes fácticos de dentro y de fuera del partido, el liderazgo del PSOE.
“¡Hoy no acaba nada, hoy empieza todo!”, clamó un entusiasta Pedro Sánchez al filo de la medianoche, arropado por su equipo y su propia mujer, Begoña Gómez, todos con el puño en alto cantando La internacional. Tras agradecer a Susana Díaz y a Patxi López su trabajo, Sánchez aseguró que “quien ha ganado es el PSOE, y cuando gana el PSOE, gana España”. “¡El PSOE está aquí y va a hacer lo indecible por cambiar el rumbo de este país y acabar con la corrupción del PP”, clamó Sánchez, de nuevo entre gritos de “¡presidente, presidente!”.
Prometió unidad e integración. “Vamos a cumplir con el mandato de las urnas y hacer del PSOE el partido de la izquierda de este país. No olvidemos nunca que a quien teme el actual presidente del Gobierno es a un PSOE unido y rumbo a la Moncloa”, arengó a los entusiastas que se concentraron en Ferraz.
Susana Díaz, que se apresuró a transmitir su felicitación al “secretario general electo”, ni siquiera citó a Pedro Sánchez cuando compareció, al filo de las once de la noche, tras el revolcón sufrido. De hecho, la líder andaluza tampoco se quiso poner a las órdenes de Sánchez. “Vamos a arrimar el hombro como hemos hecho siempre y a ponernos a disposición de lo que el partido necesite de nosotros, de lo que el partido requiera de nosotros”, declaró Susana Díaz, con unas palabras medidas al milímetro que no pasaron desapercibidas a nadie y que demostraron que su cohabitación con Sánchez seguirá siendo tan difícil como hasta ahora. Además, Díaz le recordó que una amplia mayoría en Andalucía –el 64%– le sigue apoyando a ella.
“El PSOE tiene que ser la alternativa de gobierno de España, y ser un partido coherente y autónomo”, dijo Díaz, dando ya su primer recado al nuevo secretario general. E insistió en que, a partir de ahora, se pone “a disposición de lo que el PSOE necesite de nosotros”. Las caras de algunos de los dirigentes de peso de su candidatura eran anoche un auténtico poema, aún sin digerir el golpe recibido. Díaz salió inmediatamente después escopetada de Ferraz.
Patxi López, en cambio, compareció mucho más satisfecho, al haber concitado el respaldo del
El exlíder retoma el mando para hacer del PSOE “el partido de la izquierda” de España Sin citar al ganador, la presidenta de Andalucía, se pone a disposición del partido
10% de la militancia. Mostró su “orgullo como militante” y aseguró que Pedro Sánchez es, a partir de ahora, “el secretario general de todos los socialistas”. “Le deseo toda suerte de aciertos. Y mañana tenemos que empezar a recuperar el PSOE, que debe ser la referencia de la izquierda de este país”.
En cuanto la victoria de Sánchez quedó decantada, se produjeron dos reacciones que ejemplificaron lo que ocurrirá a partir de hoy. Así, el portavoz del grupo socialista en el Congreso, Antonio Hernando, llamó al presidente de la comisión gestora, un Javier Fernández también atónito por el mazazo, y le presentó su “dimisión inmediata”.
En cambio, el presidente extremeño, que en esta guerra se puso del lado de Díaz, intentó marcar el camino a otros líderes autonómicos que barajan ahora abandonar sus cargos en el partido. “Felicidades, Pedro, y mañana todos a ayudarte. Ha sido una expresión democrática extraordinaria de nuestro querido PSOE”, manifestó Guillermo Fernández Vara.
Con más del 99% del voto escrutado de los 187.831 militantes socialistas censados para estas primarias, Pedro Sánchez superaba el 50% de los votos. Nunca, nadie, ni los más entusiastas de su equipo, habían pronosticado semejante goleada. Sánchez atesoraba 74.223 votos (el 50,2%). Muchos más votos que los 53.692 avales con los que, hace un par de semanas, el ex secretario general ya dio la vuelta a todas las expectativas, al demostrar que le pisaba los talones a Díaz.
La candidata andaluza, por su parte, contaba con 59.041 votos (el 39,9%). Muchos menos que los 60.231 avales que cosechó. Quedó demostrado, por tanto, que la recogida de avales situó el techo electoral de Díaz y sólo el suelo electoral de Sánchez. La rabia y la indignación de la militancia con la abstención del PSOE que facilitó la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, hizo el resto. La participación superó el 80% de los afiliados, lo que impulsó a Sánchez.
Patxi López, por último, alcanzaba a esa hora del escrutinio hasta 14.571 votos (el 9,8%). Logró así ampliar, aunque fuera por poco margen, los 10.866 avales que reunió el exlehendakari, como confiaba su equipo. Susana Díaz sólo ganó en Andalucía. Y Pedro Sánchez en el resto de las federaciones socialistas y entre la militancia del PSC. En Catalunya, de hecho, concitó el 82% del voto.
El extremeño Vara intenta marcar el camino y muestra su respaldo al líder El portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, presenta su dimisión inmediata