Milenistas tradicionales
Un estudio en EE.UU. indica que los jóvenes de 18 años de hoy son más conservadores que en los noventa en cuanto al poder en la familia
Algo no acaba de cuadrar cuando se habla de igualdad y del nuevo papel de los hombres en la crianza de los hijos. Si su implicación ha dado un salto significativo en los últimos años se observa una inconsistencia entre las prácticas y el discurso en relación a la equidad entre hombres y mujeres. Así lo señala el antropólogo Ritxar Bacete, uno de los principales impulsores en España de la paternidad positiva, a partir del estudio realizado sobre la implicación de los padres vascos en la crianza. Una investigación que conecta con nuevos trabajos realizados en Estados Unidos que señalan que los milenistas más jóvenes –los encuestados tenían 18 años– tienen visiones más conservadoras sobre algunas cuestiones referentes a la igualdad que los de las generaciones anteriores.
Ante la reflexión planteada por los sociólogos Joanna Pepin y David Cotter en el marco de una amplia investigación que publica el Council on contemporary families “Es normalmente mejor para el grupo que el hombre sea el que trae el dinero y la mujer se ocupe de la casa y de la familia” los resultados fueron sorprendentes. Los jóvenes de 18 años preguntados en el 1976 que se mostraban en contra de esta idea era del 30%. En el 1994, fue del 58%. Y en el 2014 del 42%. Un significativo retroceso con respecto a los noventa.
No se puede comparar exactamente la sociedad estadounidense con la española y la europea pero hay vasos comunicantes. Los investigadores norteamericanos indican que estos jóvenes apuestas por una mayor implicación en el cuidado de los hijos, consideran que las mujeres han de tener las mismas posibilidades de acceso y desarrollo en el mercado laboral, pero apuntan en cambio que el progreso evidente de ellas en el ámbito profesional puede haber generado entre algunos hombres la idea de que es necesario reforzar el “esencialismo” en el seno de la familia.
Una “sospecha” que se refuerza a la hora de analizar las respuestas a la siguiente cuestión: “El marido debería tomar todas las decisiones importantes en la familia”. En 1976, un 59% de los jóvenes estaban en desacuerdo con esta idea. En el 1994 fueron un 74% y, en cambio, en el 2014 se retrocedió al 63%. La mayoría de los chicos siguen en contra pero se apunta a la necesidad de acabar con la creencia sobre las diferencias “innatas” entre hombres y mujeres.
Hay cambios en el camino hacia la igualdad a la hora de hablar de paternidad, pero cuando se profundiza sigue habiendo obstáculos enquistados para las mujeres. “La paternidad es una oportunidad de evolucionar y también de involucionar”, señalaba Bacete el pasado abril en un seminario sobre paternidad y masculinidades. Involución, se entiende, para las mujeres.
Y para entenderlo, nuevos datos. El trabajo sobre los jóvenes vascos (2016) mostraba que un 82% trabajaba a tiempo completo antes de ser padres, y después de serlo se llegó al 90%. En cuanto a las chicas, el 62% estaba empleada toda la jornada antes de ser madres, un porcentaje que descendió al 41% después. Bajo la apariencia de igualdad hay unas cuantas inconsistencias.
Hay más implicación con los hijos, pero la igualdad real aún avanza con lentitud Más chicos trabajan a tiempo completo tras ser padres, mientras en las mujeres disminuye