Asesinato mafioso en Palermo, 25 años después del atentado al juez Falcone
Muere a tiros un ‘boss’ de la Cosa Nostra, excarcelado hace tres años, que iba en bici
Tal vez fuera una coincidencia o quizás no. Podría tratarse de un aviso, de una acción calculada de la Cosa Nostra para mostrar a Italia y al mundo que está todavía viva y puede ser peligrosa. De buena mañana, en el centro de Palermo, a sólo 30 metros de una escuela, fue asesinado el boss Giuseppe Dainotti, de 67 años, por dos sicarios que le dispararon a la cabeza cuando iba en bicicleta. El crimen se produjo la víspera de 25.º aniversario del brutal atentado que costó la vida al juez Giovanni Falcone, a su esposa y a tres miembros de la escolta.
Los investigadores albergan pocas dudas sobre la naturaleza mafiosa del homicidio, dada la personalidad de la víctima y el método usado. Hacía tres años que no se producía un hecho como este. Nadie creía que la Cosa Nostra hubiera desaparecido, pero sí que estaba muy debilitada y sin ganas ni capacidad para imponer su ley con sangre.
La noticia llegada de Palermo causó una fuerte sacudida psicológica en Italia porque el país lleva días recordando la que se conoce como matanza de Capaci, aquella potente bomba, con 500 kilos de explosivo, colocada debajo de la autopista que comunica el aeropuerto palermitano y la ciudad cuando pasaba por allí la comitiva de Falcone. Era el 23 de mayo de 1992. Menos de dos meses después caía asesinado, también en Palermo, otro juez antimafia, Paolo Borsellino, compañero de Falcone, en otra acción de logística militar. La deflagración segó la vida del magistrado y de cinco agentes de la escolta.
El hombre asesinado ayer había permanecido en la cárcel hasta el 2014. Aunque estaba condenado a cadena perpetua, se benefició de una sentencia del Tribunal Constitucional que prohibió penas retroactivas de esta índole. Se la debieron conmutar por la de 30 años de reclusión. Dainotti, fiel al líder mafioso Salvatore Cancemi –quien luego se arrepintió y pasó a colaborar con la justicia– había sido condenado por una larga serie de delitos, incluido el asesinato de un joven capitán de los carabineros a quien mató delante de su mujer y de su hija de corta edad.
“Oí disparos de arma de fuego , eran las 7.50 –declaró a un diario local una inmigrante tunecina que vive en la zona–. Mis hijos acababan de salir de casa. Me parecieron petardos, pues aquí los hacen explotar a cualquier hora. Luego me asomé a la ventana y vi a un hombre en el suelo al que le sangraba la cabeza. La calle había quedado desierta. Después llegó un chico con una camiseta azul que gritaba: ¡Tío Peppino, tío Peppino! Al poco estaban ya aquí los coches de la policía y de los carabineros”.
Cada 23 de mayo, en Palermo, hay actos oficiales que recuerdan a Falcone y Borsellino. Esta vez serán aún más relevantes debido a que se cumplen 25 años de su muerte. Suelen llegar dos ferris, con alumnos de escuelas del resto de Italia, en un intento por concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de resistir a los tentáculos de l crimen organizado. Ayer hubo una ceremonia en Roma, presidida por el presidente de la República, Sergio Mattarella –siciliano, cuyo hermano fue asesinado por la Cosa Nostra–, en la que honró a los magistrados muertos por su sacrificio y contribución a la lucha antimafia. Algunos elementos legislativos clave, en efecto, como el régimen penitenciario muy duro para los mafiosos (el famoso artículo 41 bis), el secuestro de bienes y el uso de arrepentidos como colaboradores de la justicia se remontan a iniciativas de jueces como Falcone y Borsellino.
La larga ofensiva policial y judicial contra la Cosa Nostra hizo que parte de sus actividades delictivas internacionales las asumieran la Camorra napolitana y, sobre todo, la ‘Ndrangheta calabresa. Esta última está considerada hoy la red mafiosa italiana más potente y con más conexiones a escala global.
La mafia siciliana está debilitada, pero quizás quiere dar un aviso en el aniversario de la matanza de Capaci