La moción de censura de Iglesias complica el reestreno de Sánchez
El PSOE del “no es no” a Rajoy debutará con un rechazo a echar al presidente
Al nuevo PSOE de Pedro Sánchez se le complica su debut. Y es que si la candidatura ganadora en las primarias se sustentó en el “no es no” a Mariano Rajoy, ahora se tendrá que estrenar con un sí al presidente del Gobierno. Esta será, en definitiva, la consecuencia de su rechazo a la moción de censura presentada por Pablo Iglesias contra Rajoy. Una propuesta abocada al fracaso y que reforzará a Rajoy, al dar la imagen de que no hay alternativa posible, como ya temían muchos.
La gestora de Ferraz y los tres aspirantes a liderar el PSOE coincidieron en criticar que la iniciativa de Iglesias sólo buscaba meterles “el dedo en el ojo”. Pero tras el triunfo de Sánchez, a él le corresponderá tragarse este sapo. Y votar para que la moción de Podemos no prospere –con un no o una abstención–, justo a las puertas del congreso del PSOE del 17 y el 18 de junio. Un cónclave en el que Sánchez trabaja ya a destajo para intentar blindarse y desactivar en lo posible la contestación interna.
De momento, pese a que Antonio Hernando presentó su dimisión el pasado domingo, el grupo socialista en el Congreso sigue sin portavoz. “Nadie se quiere comer el marrón de la moción”, apuntan fuentes parlamentarias. Hasta el punto de que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, tuvo que comunicar ayer a Hernando, pese a que ya no está al mando del grupo, la fecha del debate de la moción de censura. Hernando se limitó a transmitírselo a la gestora para que, a su vez, se le informara a Sánchez.
Ya circulan varios nombres para asumir la portavocía, que podría tener carácter provisional hasta el congreso del PSOE. Si fuera un miembro de la actual dirección del grupo, no haría falta votarlo al considerarse una sustitución temporal. En la actual dirección del grupo, Sánchez sólo cuenta con dos afines: el valenciano José Luis Ábalos, uno de los coordinadores de su equipo, y la catalana Meritxell Batet, que, pese a que durante la campaña de las primarias pareció posicionarse a favor de Patxi López, según fuentes socialistas sigue fiel a Sánchez.
Otra diputada que podría hacerse cargo de la portavocía es la asturiana Adriana Lastra, aunque no forma parte de la dirección del grupo y su designación requeriría ser apro- bada por los diputados, lo que podría suscitar tensiones. En cambio, diputadas fieles a Sánchez, como Susana Sumelzo o Zaida Cantera, apuntan como mejor solución a Isabel Rodríguez, que sí está en la dirección del grupo y no despierta animadversión. Otros verían lógico que asuma el encargo Ábalos, como “persona de confianza” de Sánchez.
Pero los días pasan, y la casa sin barrer. Además, y ya sin Hernando para limar asperezas, se recrudecen las peleas entre los diputados afines a Sánchez o a Díaz. Ayer mismo, el andaluz Antonio Pradas, fiel a Díaz, exigió a Sánchez “desautorizar las provocaciones” de Zaida Cantera, próxima al reelegido líder del PSOE. Cantera dijo que el adelanto del congreso regional andaluz sólo trata de impedir que surja un candidato “fuerte” como alternativa a Díaz en su federación. Para Pradas, estas palabras son una falta de respeto a la presidenta de la Junta: “Este tipo de ataques deberían cortarse de raíz y de forma inmediata por parte de Pedro Sánchez, si de verdad quiere que la militancia crea en su compromiso de unir al PSOE”.
Poco después, Margarita Robles, afín a Sánchez, y Antonio Trevín, fiel a Díaz, se enzarzaron en un cruce de reproches en plena comisión de Interior. Robles cuestionó la posición que defendía el PSOE en el debate de una ley, lo que indignó a Trevín. Tras una acalorada discusión, Trevín consideró una falta de respeto que Robles hiciera una “desautorización pública” de una posición del grupo. Y esto no ha hecho más que empezar...
Susana Díaz, pese a todo, pareció no querer echar más gasolina al fuego. Aunque sus críticos denuncian que no está dispuesta al acuerdo ante el congreso federal, declaró: “Ya todos estamos con Pedro, y a partir de este momento se acabaron los bandos”. Felipe González también apuntó en esa dirección: “Estoy en minoría, como otras veces. Pero creo que hay que apoyar a la mayoría, hay que fortalecer al partido, hacer un buen congreso y salir con un proyecto sólido”.
El grupo socialista sigue sin portavoz –“nadie se quiere comer el marrón de la moción”– mientras los diputados se pelean