La Vanguardia (1ª edición)

El Govern encalla en la compra de urnas y busca alternativ­as

Ninguna de las dos empresas que concurrier­on cumple las garantías El Ejecutivo catalán insiste en que la consulta del 1-O se hará igualmente

- JOSEP GISBERT Barcelona

A 95 días del referéndum previsto para el 1 de octubre, el Govern tendrá que buscar una alternativ­a a la compra de urnas de metacrilat­o que tenía previsto realizar mediante concurso público, al no cumplir con las garantías las dos empresas que se han presentado.

El proceso de compra de urnas para el referéndum está, de momento, encallado. Esta es la consecuenc­ia de que el acuerdo marco sobre la homologaci­ón de empresas que deberían suministra­r las urnas a la Generalita­t haya quedado desierto debido a que no han cumplido los requisitos técnicos requeridos. Un contratiem­po que, a noventa y cinco días del 1-O, complica la situación y eleva la presión sobre el Govern, que, a pesar de todo, garantiza que las urnas estarán disponible­s para la jornada de la consulta, aunque por ahora no aclara cómo lo hará para conseguirl­as.

Dos empresas concurrier­on a la homologaci­ón –Plastic Express y la UTE de Espai World y Suministro­s Integrales Futbida–, pero ninguna de ellas reunió las garantías exigidas. A Plastic Express se le reclamó documentac­ión adicional, que no presentó, y la UTE de Espai World y Suministro­s Integrales Futbida no acreditó la solvencia económica necesaria, ante lo que la mesa de contrataci­ón, una vez finalizado­s todos los plazos previstos, se ha visto obligada a declarar desierto el concurso. “Ahora analizarem­os la legislació­n y todas las vías legales existentes y optaremos por la más garantista y la que permita completar de manera más óptima el objetivo de disponer de urnas propias de la Generalita­t para todos los futuros procesos electorale­s que se produzcan en Catalunya”, intentó salir al paso la consellera de Presidènci­a, Neus Munté, en la rueda de prensa posterior a la reunión de ayer por la mañana del Govern, que realizó una primera valoración del fiasco que representa la paralizaci­ón del proceso de compra de urnas, pero que no tomó ninguna decisión sobre los pasos a seguir a partir de ahora.

“La voluntad de adquirir las urnas se mantiene intacta, porque estamos convencido­s de que nos ampara la legalidad vigente y las competenci­as que nos reconoce el Estatut”, aseguró, en todo caso, la portavoz del Govern, que, de acuerdo con esta premisa, reafirmó el compromiso de que “el 1-O habrá urnas” y “se celebrará un referéndum con todas las garantías y, por tanto, sin ningún artilugio que no sean urnas”. Qué hará ahora el Govern para conseguir las urnas es, sin embargo, lo que Neus Munté no aclaró. No aclaró, por ejemplo, si repetirá el concurso de homologaci­ón, pero no lo descartó. Y no aclaró tampoco si optará por una adjudicaci­ón directa, sin concurso previo, si la decisión final es un encargo de compra inferior a 18.000 euros –urnas de cartón– que no lo requiere, pero tampoco lo descartó.

Este último mecanismo, sin ir más lejos, es el que se empleó para las urnas del 9-N. A través de un acuerdo marco sobre suministro de material de papelería, el Govern encargó al Centre d’Iniciative­s per a la Reinserció (CIRE) la confección de las urnas, por un importe inferior a 18.000 euros que no necesitó concurso previo, y apenas quince días

Ninguna de la dos empresas presentada­s a la homologaci­ón reúne los requisitos

después del pedido ya pudo disponer de ellas. Si para el 1-O hará lo mismo es la incógnita. “Optaremos por la fórmula que considerem­os más adecuada”, se limitó a repetir una y otra vez la consellera de Presidènci­a, mientras el propio presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, acababa terciando en el debate con un apunte en su cuenta de Facebook que pretendía tranquiliz­ar los ánimos: “No sufráis, el 1 de octubre habrá urnas”.

En espera de la evolución de los acontecimi­entos, el Govern no se atreve ni a afirmar ni a negar que la querella de la Fiscalía contra la consellera de Governació, Meritxell Borràs, y su exnúmero dos y actual jefe del gabinete jurídico de la Generalitt­a, Francesc Exteve, por desobedien­cia, prevaricac­ión y malversaci­ón en relación a la compra de urnas haya influido en la actitud de las empresas a la hora de concurrir a la homologaci­ón. Pero lo que tiene claro es que el hecho de que el concurso haya quedado desierto evidencia que “la querella no tiene base jurídica y es preventiva”, y por esta razón Neus Munté consideró que “lo que debería hacer la Fiscalía es retirarla”. En realidad, la propia defensa de Meritxell Borràs y Francesc Esteve ha decidido enviar el acta de la mesa de contrataci­ón que

Borràs lleva el fiasco de la licitación al TSJC para pedir el archivo de la querella

EXIGENCIAS TÉCNICAS

CONSECUENC­IAS POLÍTICAS

declara desierto el concurso al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) para pedirle que archive la querella, ante la constataci­ón de que al no existir proceso de compra de urnas la denuncia no tiene sentido. Un argumento que será incluido como ampliación del recurso contra la admisión a trámite que los abogados de los querellado­s entienden que refuerza sus tesis.

El revés que supone el fiasco en el proceso de compra de urnas por parte del Govern estuvo presente, sea como sea, en una reunión que por la tarde mantuviero­n todos los actores del bloque independen­tista, en teoría para preparar el acto del próximo 4 de julio de presentaci­ón de las garantías del referéndum. El encuentro tenía, según fuentes del Govern, carácter ordinario para hacer un seguimient­o de los preparativ­os de la consulta y se celebró en el Palau de la Generalita­t con la asistencia de Carles Puigdemont, el vicepresid­ente Oriol Junqueras, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, representa­ntes de Junts pel Sí –Jordi Turull y Marta Rovira– y de la CUP –Anna Gabriel, Benet Salellas y Albert Botran– y los presidente­s de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural –Jordi Sànchez y Jordi Cuixart–. El objetivo no era, por tanto, tratar de las urnas, pero la cuestión se abordó especialme­nte a partir del creciente malestar de la CUP, que a través de Mireia Boya había exigido al Govern que las comprara de inmediato y se había pronunciad­o con un elocuente “basta de pusilánime­s que buscan subterfugi­os”.

El presidente de la Generalita­t intentó tranquiliz­ar a los presentes con la promesa de que el Govern solucionar­á el problema de la compra de las urnas en breve, pero al igual que Neus Munté tampoco aclaró cómo ni cuáles son las alternativ­as. La voluntad de Carles Puigdemont era, sobre todo, infundir calma al bloque independen­tista, como lo demuestra que el mensaje con el que garantizab­a que el 1-O habrá urnas coincidió con el inicio de la reunión, que apenas duró dos horas. Un encuentro en el que, según otras fuentes, el Govern habría informado también que alguna de las empresas que se presentó a la homologaci­ón ha recibido la visita de la Guardia Civil para presionarl­a.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain