Multa récord a Google por prácticas monopolísticas
La UE impone 2.420 millones por primar sus servicios en el buscador
Tras siete años de investigaciones, la Comisión Europea ha decidido multar con 2.420 millones a Google por abusos monopolísticos, es decir, por alterar los resultados en las búsquedas de comparación de precios para primar sus servicios frente a los de sus rivales. La multa duplica la dictada contra Intel en el 2009 y es cuatro veces mayor que la de Microsoft del 2004.
Google no juega limpio. Tras más de siete años de investigaciones, la Comisión Europea ha llegado a la conclusión de que el buscador más famoso del planeta altera los resultados para destacar sus propios servicios de comparación de precios –que incluyen anuncios– frente a los de sus rivales cada vez que un usuario introduce el nombre de algún producto con potenciales intenciones de compra. Cuantos más clics recibe, más dinero gana. Estados Unidos investigó el caso y lo archivó . En Europa le va salir caro.
La empresa tendrá que despedirse de parte de sus inmensas reservas de cash para hacer frente a la multa con la que la Comisión Europea decidió ayer castigar estas prácticas monopolísticas: 2.420 millones de euros. La cantidad no tiene tantos ceros como el gúgol (googol en inglés), el número enorme que dio nombre a la empresa creada por Larry Page y Serguey Brin, pero es muy superior a lo esperado y ha pulverizado todos los récords anteriores. La sanción duplica la dictada contra Intel en el 2009 (1.060 millones de euros) y cuadriplica la que se impuso a Microsoft en el 2004 (497 millones de euros).
“Lo que ha hecho Google es ilegal de acuerdo con la legislación antimonopolio de la UE. Ha negado a otras empresas la oportunidad de competir por méritos propios e innovar. Y, más importante aún, ha negado a los consumidores europeos la posibilidad de elegir sus servicios”, sentenció la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, que justificó la elevada sanción por la gravedad y larga duración de la infracción (2010-2017). La Comisión Europea ha dado 90 días a la compañía para presentar los resultados de las búsquedas de forma, no discriminatoria para sus competidores.
El lugar en el que aparecen los resultados en el motor de búsqueda de Google importa y mucho. La Comisión Europea ha hecho varios experimentos que lo demuestran. El resultado mejor colocado se suele llevar el 35% de nuestras búsquedas. Pasar de aparecer en la primera línea a la tercera se traduce en un 50% menos de visitas. Incluso en los ordenadores de sobremesa, los 10 primeros resultados se llevan el 95% de las búsquedas, un resultado aún más acusado en el caso de las búsquedas móviles debido al menor espacio de la pantalla. Si se buscan en Google, los otros comparadores de precios online suelen aparecer en la cuarta página.
La forma de presentar sus servicios ha variado a lo largo de los años. En el 2004 lanzó Froogle. Dos años después, la compañía reconocía que los resultados eran más bien flojos. “Froogle simply doesn’t
work” (Sencillamente, Froogle no funciona), figura en un documento interno de la compañía. El servicio fue sustituido en el 2008 por Google Product Search, rebautizado Google Shopping en el 2013, que integró más visiblemente en los resultados de las búsquedas. Los servicios de Google aparecen siempre en la primera línea o a la derecha mientras los de sus competidores quedan relegados a posiciones inferiores. Esto que da “una ventaja considerable en comparación con sus rivales”, afirma la Comisión. Si Google no plantea un sistema alternativo de presentación de resultados aceptable para la UE, se enfrentará a una nueva multa por cada día de retraso en cumplir la decisión europea.
“Cuando compras online quieres encontrar los productos que buscas de manera fácil y rápida y los anunciantes, promocionarlos. Por eso Google muestra anuncios, con el objetivo de conectar a usuario con miles de anunciantes, pequeños y grandes, de forma útil para ambos”, argumentó Kent Walker, responsable jurídico del gigante informático estadounidense, que no se considera responsable de la mala fortuna empresarial de algunos de sus rivales y sostiene que Bruselas ni siquiera ha definido bien quiénes son sus competidores.
Alphabet, la empresa matriz de Google, gana unos 90.000 millones de dólares al año y tiene reservas en efectivo de unos 92.000 millones, por lo que la multa, por poco que le apetezca pagarla, no es lo más le importa del caso, ni siquiera a sus rivales o a sus inversores. Por primera vez, Bruselas ha concluido que Google ocupa una posición dominante en los mercados de búsqueda general en internet en todo el Espacio Económico Europeo. Según las normas europeas antimonopolio, esto significa que “tienen una responsabilidad especial”, como ocurrió en su día con Microsoft y Windows, y está sometida a una vigilancia más estrecha para evitar que abuse y restrinja la competencia en el mercado en que es dominante o en otros. La conclusión es de enorme relevancia para Google, cuyos dominios se extienden mucho más allá que la mera comparación de precios. Su último plan abarca las ofertas de empleo. Bruselas ha presentado cargos contra Google por sus prácticas anticompetitivas en el sector de la publicidad online y en los sistemas operativos móviles con Android. Aunque cada caso tiene sus particularidades, la decisión de ayer es “un precedente”, “un marco” a partir del cual examinar todos los demás, advirtió Vestager, invitando amablemente a la empresa a revisar su estrategia.
Google tiene tres meses para abonar la multa, que en principio pasará a engrosar el presupuesto comunitario y reducirá próximas contribuciones de los estados miembros. Si recurre la decisión, podría pedir que el dinero sea colocado en una cuenta bancaria bloqueada, como hizo Microsoft, hasta que se resuelvan los procedimientos judiciales abiertos, algo que llevará años.
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