Pedro Passos Coelho
EX PRIMER MINISTRO PORTUGUÉS
El ex primer ministro portugués Pedro Passos Coelho (52) ha tenido que disculparse por culpar al Gobierno de supuestos suicidios de afectados por el incendio de Pedrógão Grande, que finalmente resultaron ser falsos.
Pedro Passos Coelho, primer ministro de Portugal entre el 2011 y el 2015 y actual jefe de la oposición, aparece ahora como el líder político luso más directamente chamuscado por el incendio de Pedrógão Grande, en el que murieron 64 personas. No se debe a ninguna medida que adoptase en el poder en su controvertida etapa a las órdenes de la troika, sino a su ataque del lunes contra el Gobierno del socialista António Costa, al que culpó de suicidios de afectados que no habrían recibido apoyo. Tras admitir que la denuncia era falsa, tuvo que disculparse y recibió una crítica generalizada.
Después de haber reaccionado con cautela mientras las llamas asolaban el centro del país, con el fuego ya extinguido el conservador Passos Coelho se lanzó contra Costa, con el lema “el Estado falló”. El lunes por la mañana acudió por primera vez a la zona del incendio y allí dijo conocer casos de “víctimas indirectas del proceso, personas que se quitaron su vida, que desesperadas se suicidaron y que no recibieron el apoyo psicológico que deberían. Tendría que haber un mecanismo para eso. Hubo dificultades. Nadie me convence de que no hay responsabilidades. El Estado falló y continúa fallando”.
El Ministerio de Sanidad y el alcalde de Pedrógão desmintieron que hubiese habido suicidios. Después el candidato a la alcaldía del partido de Passos, el PSD, reconoció que fue él quien le suministró una información equivocada, lo que desembocó en la rectificación del líder de última hora de la tarde. “Pido disculpas por haber utilizado una información que no estaba contrastada”, declaró Passos, quien insistió en “lo
Pese a no dar una explicación global de la tragedia ni asumir responsabilidades, Costa recibe oxígeno
esencial” de su crítica, que “el Estado desatendió a los afectados”, declaró el jefe de la oposición.
Los reproches a Passos son un clamor, mientras los conservadores poco más pueden hacer que poner en valor sus disculpas, intentar enterrar el asunto o insistir en la falta de psicólogos en la comarca de Pedrógão. Ayer los editoriales de los periódicos lisboetas de referencia, Diário de Notícias y Público, coincidían en lamentar que el líder del PSD usase los suicidios como arma política y que lo hiciese con datos erróneos, lo que le deja tocado y proporciona oxígeno Costa, justo cuando se había roto la luna de miel que mantenía con la opinión pública desde que al llegar al poder en el 2015, con el apoyo de los comunistas y el Bloque de Izquierda, dio marcha atrás en los recortes aplicados por Passos durante el rescate de Portugal.
Once días después de la tragedia, con 64 muertos, 250 heridos, decenas de casas destruidas y unas 50.000 hectáreas ardidas, el Gobierno no ha ofrecido ninguna explicación global, aunque sea preliminar, de lo sucedido. Lo que se conoce se debe a las preguntas que Costa dirigió a los servicios afectados, pero existen contradicciones sobre el alcance de la caída del sistema de comunicaciones oficial, clave para que no se cortase la carretera nacional en la que fallecieron 48 personas. Tampoco hubo ceses. Costa mantiene su confianza en la cuestionada ministra de Administración Interna, Constança Urbano.
Ahora Passos se debilita para exigir responsabilidades en el Parlamento, a tres meses de las municipales y mientras el PSD tiene un sustituto en la recámara, el exalcalde de Oporto, Rui Rio.