Cazatalentos entre los más vulnerables
El programa Incorpora consigue en 10 años implicar a 10.000 empresas para emplear a 40.685 personas en Catalunya
Jóvenes que se han quedado en terreno de nadie, sin trabajo, sin estudios, arrasados por el fracaso escolar; mayores de 45 años a los que tumbó la crisis y se quedan fuera de cualquier selección de personal; hombres y sobre todo mujeres de 30 a 45 años con cargas familiares y sin empleo; víctimas de violencia de género que han de dar la vuelta a su vida; personas de todas las edades con alguna discapacidad, algunos con una enfermedad mental que añade más barreras a un posible contrato...
Un equipo de 257 técnicos de inserción pertenecientes a un centenar de entidades y vinculados al programa Incorpora buscan un hueco para ellos. Y el año pasado consiguieron 9.000 empleos en Catalunya. Empresa a empresa. El programa, de la Obra Social La Caixa, invierte cada año 7 millones en convencer a las compañías. Hasta ahora han participado 10.000.
“Cada vez importa más la imagen social, a las empresas les preocupa, pero las que mejor nos entienden son las que lo han probado. Una gran parte repite y nos llaman, porque les damos gratis un buen servicio de búsqueda del trabajador adecuado, talento preparado a su medida y además con seguimiento. Siempre tendrán un interlocutor en nosotros por si hay un problema o la experiencia no funciona”, explica Bernardo Muñoz, uno de los expertos que trabaja para Incorpora desde la fundación El Molí de Puigvert.
Los 257 técnicos de 118 entidades distintas buscan empleo para los vulnerables de su zona en el mercado más próximo, porque la cercanía genera mayor compromiso. “Nosotros estamos en el Raval, “explica Roser Masjuan, de fundación la Esperanza. “Y tenemos una gran oferta turística en la zona, así que les pedimos a los hoteles qué necesitan y ofrecemos a las personas que están con nosotros formación específica, totalmente a medida. Un ejemplo: mujeres que no hablan ni castellano ni catalán han aprendido la tarea de camarera de piso y también a atender los desayunos y acuden en puntas horarias. Ellos resuelven su necesidad, ellas emprenden su vida laboral aquí”. Al principio les rechazaban “diciendo que no tenían
Un total de 257 técnicos de inserción buscan huecos laborales para los que lo tienen más difícil
ningún trabajo para nuestros demandantes, pero hurgando en sus necesidades descubrimos juntos que les hacía falta personal que hablara ruso. Nosotros teníamos a las trabajadoras perfectas, mujeres del Este quizá con estudios pero que habían llegado al inframundo en su periplo en España. Podía ser un buen primer paso ”.
Las entidades aseguran que si trabajaran por su cuenta no lograrían este objetivo, que la clave está en un programa en red –comparten todos los perfiles de aspirantes y todas las demandas que encuentran– con un nombre común, Incorpora y la Obra Social la Caixa.
“Para nosotros lo esencial es tener claros los objetivos y la continuidad, porque sin ella no se cambian las cosas. No se trata de ayudas o subvenciones, es un programa con presupuesto y objetivos. Este año alcanzaremos un 15% más de empleos”, explica el responsable de Incorpora Jaume Farré. “Lo que no conseguimos es que incorporarse al mundo laboral suponga salir de la pobreza. El mercado laboral es el mismo para todos”.
El 84% de los atendidos continúa trabajando. Hay unos mínimos de calidad que no perdonan: nada de trabajos de horas o días. Hay demasiado esfuerzo invertido. “A mí me cambió la vida. Mi familia está orgullosa”, confiesa Juan Carlos Quintana, con discapacidad intelectual, desde hace 9 años empleado en la empresa Decotec. La compañía les ha pedido a Incorpora dos nuevos trabajadores.