Un éxito forjado en la base
El trabajo en las categorías inferiores, clave en los triunfos del baloncesto femenino
La selección española de baloncesto femenino se ha colgado 10 medallas en los últimos 15 años en la élite. Pero hay otro dato que también es relevante. Si se suman todas las categorías el número de metales en el mismo periodo de tiempo se eleva a 51. Un no parar de podios cada verano que han convertido a España en la principal potencia europea. ¿Cuál es el secreto de estos excelentes resultados? Es verdad que el equipo que se impuso el domingo en Praga con claridad es la generación de oro, doce jugadoras fenomenales con una trayectoria contrastada en la mayoría de los casos. Pero detrás de esto también hay un arduo trabajo de muchos años que parte desde la base y que ha convertido al baloncesto en el deporte español con más licencias femeninas.
“Esto es un orgullo y una responsabilidad, pero sobre todo un motivo para invertir todos los recursos posibles en su crecimiento y hacerlo con la ilusión de que todo el trabajo en este sentido tiene recompensa”, explica a este diario el presidente de la Federación Española (FEB), Jorge Garbajosa, para quien el éxito se debe a una conjunción de factores. “No hay solamente un secreto, ni uno principal, sino una combinación de muchos valores, de esos que a veces no se ven del todo, pero que son imprescindibles. El resultado final es que se dan las mejores condiciones para competir y para seguir compitiendo, a pesar de haber ya triunfado. Y para las distintas selecciones de formación el ejemplo de las y los mayores es la mejor referencia posible”.
En los campeonatos que organiza cada año la FEB, junto con las federaciones territoriales y los clubs, suelen participar unas 2.000 jugadoras en edades de formación. Además, unas 300 jugadoras reciben un seguimiento especial y de estas unas 50 cuentan con una tutoría individual. Si se habla de baloncesto base femenino el principal nombre que salta al primer plano es el del club Segle XXI, un proyecto formador radicado en Esplugues de Llobregat y que nació en 1986. Para su director deportivo, Iván Torinos, uno de los factores fundamentales que explican los triunfos es el papel del entrena- dor. “Creo que tenemos muy buenos entrenadores. Las jugadoras españolas están muy bien preparadas, mejor que en otros países, que tienen estructuras similares a las nuestras. Aquí se empieza a competir antes, fomentamos los campeonatos en categorías desde mini y en otros países a lo mejor no se compite de verdad hasta los 14 años. Eso mejora la competitividad de nuestras jugadoras”, reflexiona para La Vanguardia Torinos, que pone en valor el trabajo que se hace en el Segle XXI. Tres de las doce campeonas de Europa (Alba Torrens, Laura Gil y Laura Nicholls) pasaron por este proyecto, una auténtica Masia del baloncesto femenino. “Somos el único centro de estas características en España. Llevamos 30
“Hicimos una redefinición presupuestaria pero mantuvimos la partida de las mujeres”, dice Garbajosa
“Aquí se empieza a competir antes”, asegura Iván Torinos, director deportivo del club formador Segle XXI
temporadas formando jugadoras y haciendo compatibles su formación deportiva de alto rendimiento con su preparación académica. La media de los últimos diez años de éxito en la selección ha sido de 4 jugadoras sobre 12 que han pasado por el Segle XXI, es decir de un 33,3%”. Y el futuro promete nuevas perlas. “En la sub-20 tenemos 7 jugadoras de 15 y en la sub-19 también 7”, recalca Torinos, que subraya el papel importante en este caso de las instituciones. “La inversión de la Generalitat, del Consejo Superior de Deportes y de las federaciones catalana y española hace posible la viabilidad del proyecto”. Un proyecto que cuenta con 24 jugadoras, 12 catalanas y 12 de fuera.
La FEB calcula que invirtió en los últimos años más de 12 millones de euros en el desarrollo del baloncesto femenino. “Nuestra inversión en este campo es un compromiso con nosotros mismos, por convencimiento, por ilusión y porque le vemos un enorme recorrido. La mujer siempre responde. En los últimos dos ejercicios hemos acometido una redefinición presupuestaria pero uno de los principios ha sido mantener la partida de baloncesto femenino, que en el 2018 se incrementará sustancialmente por la organización del Mundial en España. En la inversión hay que contabilizar también la de las federaciones autonómicas y la de los clubs”, reflexiona Garbajosa, que augura un porvenir igualmente dichoso. “Con la selección femenina tenemos la misma suerte que con la masculina: hemos podido ir acometiendo un relevo general paulatino, sin prisas pero sin parones. Tenemos un equipo joven y comprometido. Son una familia. Seguiremos contando con su ejemplo, dentro y fuera de la cancha”.
En todo este panorama de bonanza hay un pero, que es el de la liga española, aunque entre Primera y Segunda haya hasta 250 jugadoras seleccionables. Sin embargo, no se pueden pagar los salarios de otros países y la mayoría de internacionales emigran (hasta ocho campeonas de Europa juegan en el extranjero) a las principales competiciones europeas, a universidades estadounidenses y también a la WNBA.
LA INVERSIÓN FEDERATIVA
UNA ‘MASIA’ EN ESPLUGUES