Sánchez y Rivera abrirán el debate constitucional
PSOE y Ciudadanos impulsan el diálogo en el Congreso
LAS SINTONÍAS Ambos coinciden en la supresión de los aforamientos y en limitar mandatos
LA ADVERTENCIA DEL SOCIO El líder de Cs avisa a Rajoy que si no baja el IRPF no apoyará su techo de gasto
Pedro Sánchez, en su nueva estrategia al frente del PSOE, tiene entre sus prioridades abrir y mantener vivos equipos de coordinación bilaterales con otras fuerzas que suman una mayoría parlamentaria alternativa al PP. Singularmente, con Podemos y con Ciudadanos, para ir desmontando el legado de Mariano Rajoy y condicionar su política de Gobierno. Eso ya lo consiguió el líder del PSOE el martes en su reencuentro con Pablo Iglesias, y ayer en su cita con Albert Rivera, al crear sendos equipos de trabajo, tanto entre partidos como entre los respectivos grupos parlamentarios, en busca de acuerdos en el día a día y sin anteponer los desacuerdos y discrepancias que ya dieron al traste, en la anterior y fallida legislatura, todo posible entendimiento a tres para desalojar a Rajoy de la Moncloa.
Sánchez, además, está determinado a abrir en el Congreso un “espacio de diálogo político” para debatir sobre la cuestión catalana y una posible reforma de la Constitución, con la fórmula parlamentaria que sea posible, antes del próximo 1 de octubre en que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, tiene anunciada la celebración del referéndum independentista. Y en este objetivo, que Iglesias estaría dispuesto a apoyar, Sánchez necesita inexcusablemente a Rivera. PSOE, Podemos y Ciudadanos forman una mayoría absoluta en la mesa del Congreso que podría forzar al PP a aceptar, aunque sea a regañadientes, abrir una comisión de estudio, una subcomisión o cualquier otro foro parlamentario posible, donde poder debatir sobre la cuestión catalana o sobre una revisión de la Constitución. Y Rivera también mostró ayer su disposición.
Es el paso que Sánchez esperaba para poder seguir avanzando en su objetivo. Aunque a la salida de la reunión entre Sánchez y Rivera ambas partes mostraron diferencias sobre lo acordado a este respecto. Así, el presidente de Ciudadanos concretó que en otoño podrían empezar a trabajar los juristas designados por cada partido, alejados de la riña partidista, para diseñar el perímetro de una reforma constitucional. Rivera asumió que en dicha revisión habría coincidencia en abordar aspectos de regeneración democrática, como la supresión de aforamientos o la limitación de mandatos, pero también cuestiones que afectan al debate territorial, como la reforma del Senado, la financiación autonómica o la delimitación de las competencias. Aunque, por supuesto, rechazó de antemano todo debate sobre el modelo de Estado o tocar una coma del artículo 2 de la Constitución, al no aceptar ni la plurinacionalidad de España que ahora defiende Sánchez ni mucho menos el referéndum en Catalunya por el que aboga Iglesias.
El secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, rebajó después, no obstante, tanta concreción de Rivera en lo acordado al respecto con Sánchez. Pero celebró, en todo caso, que Ciudadanos esté dispuesto a poner en marcha un “espacio de encuentro” para debatir en sede parlamentaria de una posible reforma constitucional. También se felicitó de que “el veto no es universal” entre Ciudadanos y Podemos, ya que Rivera se mostró más próximo a la posición de Iglesias que a la de Rajoy ante una reforma de la ley electoral.
Rivera, tras su largo almuerzo con Rajoy la víspera, advirtió al Gobierno que si sigue cerrado en banda a bajar impuestos a “la clase media y trabajadora”, especialmente el IRPF, se olvide del apoyo de Ciudadanos al techo de gasto del año que viene: “Si no rectifica, tendrá que buscarse otros socios”, avisó.