El Estado presta 6.000 millones para las pensiones
La Seguridad Social retira además 3.500 millones del fondo de reserva Tras pagar la extra, la hucha se queda con sólo 11.600 millones
Con el fondo de reserva bajo mínimos, la Seguridad Social echó mano ayer de un préstamo del Estado por 5.986 millones para hacer frente al abono de la paga extra de verano a los más de 9,5 millones de pensionistas. Además de recurrir a este crédito –herramienta que no se utilizaba desde los años noventa, aunque regía un sistema de financiación de las pensiones diferente–, el Gobierno también ha tenido que retirar de la denominada hucha de las pensiones 3.514 millones de euros. De esta forma, el fondo de reserva de la Seguridad Social baja hasta los 11.602 millones de euros. Hace seis años, la hucha de las pensiones registró su nivel máximo al rozar los 67.000 millones de euros.
En total, el sistema se ha visto obligado a hacer frente estos días a un desembolso de 17.218 millones de euros por las dos pagas que reciben los pensionistas en el mes de julio así como la liquidación a Hacienda del IRPF por este tipo de prestaciones. Es decir, que los ingresos por recaudación de la Seguridad Social sólo servirán para cubrir aproximadamente el 45% de los pagos comprometidos.
El pasado mes de diciembre, con la hucha de pensiones de 15.000 millones de euros y, por tanto, sin posibilidad de cubrir las necesidades de la nómina de los pensionistas para este 2017, el ejecutivo anunció que emitiría deuda antes de que se agotara el fondo. Los presupuestos generales del Estado para este año, que se aprobaron definitivamente el miércoles y ayer entraron en vigor, recogen la concesión de un crédito de 10.192 millones de euros a la Seguridad Social para dicho fin. Después del pago de julio, quedan otros 5.200 millones para pagar atender la extra de Navidad. Las cuentas del Estado también recogen que el fondo de reserva se quedará a final de año en unos 7.300 millones.
Desde el anuncio del crédito, el Gobierno ha insistido en que la emisión de deuda no resulta más gravoso para las cuentas públicas ni tiene impacto adicional en el déficit público. Voces como la del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, han tratado de quitar hierro a la decisión, argumentando que lo que es incuestionable es la garantía del pago de las pensiones.
Desde el Ministerio de Empleo recuerdan que el préstamo de casi 10.200 millones no tiene intereses y su cancelación está prevista para el 2028. Además, aseguran que con esta fórmula –de crédito y partida procedente de la hucha de las pensiones– evitan tener que desinvertir en activos del fondo de reserva, “con la penalización que ello conllevaría”.
Ayer, después del consejo de ministros, la responsable del departamento de Empleo, Fátima Báñez, defendió el uso de “dos instrumentos financieros para garantizar el pago puntual y completo de las pagas”. La ministra arguyó también que el Gobierno ha de buscar mecanismos para sufragar las necesidades del sistema, mientras el empleo por sí solo no sea suficiente para cubrirlas.
Aparte de la negociación entre el ejecutivo, sindicatos y patronal, el Congreso de los Diputados está inmerso en la redacción de una serie de recomendaciones para mejorar la financiación de la Seguridad Social. El proceso, en todo caso, avanza con lentitud y no se esperan soluciones consensuadas a corto plazo.
La señal de alarma para plantear nuevos cambios en el sistema de pensiones tiene mucho que ver con la progresiva reducción de la hucha de pensiones, al que no han dejado de acudir los gobiernos de Rajoy desde el 2012, y el abultado déficit que arrastra la Seguridad Social. El 2016 lo cerró con un agujero récord de 18.000 millones.
Sólo quedan 11.600 millones en una hucha de las pensiones que llegó a tener casi 67.000 La recaudación por cotizaciones sólo cubre el 45% del desembolso comprometido en julio