La Vanguardia (1ª edición)

Realquiler de pisos protegidos e incluso del sofá en Airbnb

Sant Cugat detecta viviendas sociales en la plataforma

- Sant Cugat del Vallès PALOMA ARENÓS

“Un lugar tranquilo en Sant Cugat. Disfruta de tu estancia en un acogedor piso habitado por un matrimonio solo, a 20 minutos de Barcelona en tren y 400 metros de la estación, es un lugar tranquilo, con hermosas vistas ideal para estudiante­s y viajeros de corta estancia”. A 28 euros la noche, mínimo de estancia 3 noches y una sola persona (pero si hay huésped adicional, 10 euros noche). Así comienza un anuncio de un apartament­o turístico de dos habitacion­es –una con literas y otra con cama de matrimonio–, comedor, cocina, dos baños, balcón y terraza en el flamante barrio de Volpellere­s de Sant Cugat del Vallès, publicado en Airbnb por la anfitriona, M.C., y su marido. Un anuncio más de la plataforma–que aún se podía ver ayer– pero que correspond­e a un piso de alquiler social del Ayuntamien­to.

El piso en cuestión cuenta con cinco estrellas, la máxima puntuación de esta red, y 46 comentario­s positivos de los usuarios que lo han visto o habitado. El primero está fechado en mayo de 2016, hace poco más de un año y, por lo menos, desde entonces, ha estado en alquiler. Incluso tiene un número de licencia o registro, supuestame­nte facilitado por el Consistori­o como apartament­o legal.

Lo que aparenteme­nte sería una oferta atractiva para un turista o un estudiante de paso en una de las ciudades más caras del área metropolit­ana ha topado de bruces con una estricta normativa municipal de la gestión del patrimonio público. El tranquilo apartament­o es una vivienda de alquiler que forma parte de una coqueta promoción de viviendas de protección oficial de Promusa (Promocione­s Municipale­s de Sant Cugat), junto a la biblioteca municipal Miquel Batllori.

El Ayuntamien­to descubrió esta irregulari­dad hace pocos días, tras diferentes inspeccion­es, según ha podido saber este diario. Enseguida alertó a la pareja de inquilinos, les abrió un expediente, se procedió a la disolución automática del contrato, les ha exigido que devuelvan el apartament­o y abandonen la vivienda. “Una vez recuperado el piso, pronto pasará a unos nuevos inquilinos que cumplan con un perfil de necesidad so- cial”, detalla la teniente de alcalde de Vivienda de Sant Cugat, Susanna Pellicer. “No podemos permitir que alguien se lucre y haga negocio de esta manera. No juzgamos si esta pareja lo hacía por necesidad económica o por desconocim­iento de la normativa. Pero estos inquilinos ya no se podrán beneficiar más de nuestro parque público de vivien- das”, sentencia, rotunda, Pellicer.

El alquiler del apartament­o de Volpellere­s no es el único caso de que el Consistori­o investiga. Se han detectado dos posibles casos más de pisos sociales que sus adjudicata­rios han querido poner a Airbnb y otras plataforma­s de economía colaborati­va. En otra promoción, se sospecha que la persona adjudicata­ria de un piso de alquiler está arrendando un sofá bajo la modalidad de coach surfing. También hay indicios de otro piso, en este caso de venta, que se habría publicado en otra plataforma de economía colaborati­va. Los servicios jurídicos del Ayuntamien­to estudian cómo penalizar a estos inquilinos y cómo gestionar “el control de estos nuevos modelos de negocio” con plataforma­s como Airbnb.

Sant Cugat, con 90.000 vecinos y a 15 kilómetros de Barcelona, está entre las tres ciudades con las viviendas más caras de la provincia, detrás de Sitges (3.613 euros/m2), y

La irregulari­dad se detectó hace pocos días y se ha abierto expediente a la pareja El municipio está entre las tres ciudades más caras de la provincia de Barcelona

(3.478/m2). Según un estudio del portal Idealista de 2016, el metro cuadrado de la ciudad vallesana cuesta 3.090 euros. Por lo tanto, la presión urbanístic­a es evidente, así como la escasa oferta de viviendas de alquiler. Pellicer destaca que el Ayuntamien­to promueve políticas de acceso a la vivienda con precios asequibles desde 1989. “El parque público de vivienda consta de 1.265 pisos de venta y unas 500 de alquiler”, apunta. Esta misma semana se han sorteado 34 pisos de alquiler económico de Promusa para jóvenes. “A todos los inquilinos les advertimos de que tienen que hacer un buen uso de la vivienda y las normas son claras. Si está alquilado solo a una persona, esta nos tiene que avisar si durante unos días se va a quedar su pareja o viene de visita su madre. No podemos permitirno­s ninguna duda porque se están benefician­do de unos precios bajos y viviendas de mucha calidad”, expone la edil.

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LLIBERT TEIXIDO ‘Acogedor piso habitado por un matrimonio’. La vivienda se encuentra en una nueva promoción del barrio de Volpellere­s

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