Un legado en litigio
Las dos obras están en el MNAC, donde serán expuestas dentro de unas semanas
Los herederos de Julio Muñoz Ramonet entregaron ayer al MNAC los cuadros del Greco y Goya reclamados por el Ayuntamiento, añadiendo un capítulo más al enfrentamiento entre el Consistorio barcelonés y los herederos del empresario, que se enriqueció durante los años del franquismo.
Con 26 años de retraso, pero ya están en Barcelona. La Anunciación, del Greco, y La aparición de la Virgen del Pilar, de Goya, fueron entregados ayer por los herederos de Julio Muñoz Ramonet en el MNAC. Ambos cuadros son parte del legado del polémico financiero a la ciudad, y por el que sigue vivo un interminable y embrollado litigio judicial. La previsión es que ambos lienzos queden expuestos dentro de pocas semanas en el museo, tras comprobar su buen estado.
Nada de lo que se refiere a Julio Muñoz Ramonet es sencillo. En resumen, por lo que se refiere a este pleito, la historia es la siguiente: el hombre de negocios murió en Suiza en 1991. Dejó en su testamento que su palacete en Barcelona y todo su contenido debía pasar a una fundación bajo el control del Ayuntamiento de Barcelona. Pero el Consistorio no se enteró de que era heredero hasta años después, y ahí comenzó a reclamar el legado.
El 25 de julio de 2013, tras sentencia del Tribunal Supremo, un juez de Barcelona entregó las llaves del palacete del Marqués de Alella a la Fundación. Pero lo que había dentro era peccata minuta respecto a lo que se esperaba. El grueso de la colección de arte que tenía que estar era el repertorio de Bosch i Catarineu, y no estaba.
En realidad, de las obras principales, tan sólo se conocía el paradero de dos: el Goya y el Greco; y debido a una peripecia singular. Una de las hijas de Julio, Isabel, se separó de su esposo, Fernando Castelo, y en la demanda se reclamaban los lienzos, que fueron intervenidos por la Guardia Civil en Alicante en 2011. En aquel pleito, los cuadros se valoraron en 7,3 millones de euros. El Ayuntamiento los reclamó y el juez dijo que se les debía entregar las piezas. El 24 de noviembre de 2016 una comisión judicial se personó en casa de Manuel Castelo, nieto del financiero, quien no los dio. El magistrado dijo entonces que ordenaría entrar por la fuerza. En el intervalo, los descendientes comunicaron que los llevarían al MNAC ellos mismos, y ayer, a las 12,30 del mediodía, cumplieron su palabra.
Hay que decir que están en depósito, porque Castelo argumenta que ya son suyos, y la justicia debe decidir sobre este extremo, pero ello no impedirá su exhibición. Los tenientes de alcalde Jaume Collboni y Jaume Asens y el abogado Eudald Vendrell (que se encarga desde el inicio de este caso) mostraron su satisfacción ante lo que calificaron de victoria, y señalaron que en breve los barceloneses podrán ver las obras en
El juez dispone del catálogo de Bosch i Catarineu, esencial para conocer el repertorio que falta
el museo, cuyos especialistas los están revisando, aunque parece que están en buen estado. De hecho, hoy, tras el plenario, los regidores podrán ir a verlos.
¿Y el resto de la colección? Pues sigue el litigio, pero ahora el juez dispone de los catálogos facilitados por la familia Bosch, para conocer el alcance de la colección de su antepasado. La sentencia señala que debe retornarse el repertorio o la familia abonar su precio, del que ahora se conocerá, antes de fin de año seguramente, su valor. No será poco: son más de 700 obras de grandes artistas.