La Vanguardia (1ª edición)

EE.UU. permitirá subir al avión con ordenadore­s

Kelly descarta la prohibició­n pero aumenta las revisiones

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Bienvenido­s a bordo, a pesar de que cada vez resulta más complicado. Los pasajeros que se embarquen en vuelos rumbo a Estados Unidos serán sometidos a un control de seguridad más intenso. Además, los equipajes que no se facturen y los dispositiv­os tecnológic­os recibirán una atención especial.

Sin embargo, el Departamen­to de Seguridad Nacional comunicó el pasado miércoles la decisión de permitir que los ordenadore­s y las tabletas dispongan de acceso a la cabina con el equipaje de mano.

Dada la amenaza terrorista, durante meses se ha estado barajando y se ha discutido con dirigentes europeos la posibilida­d de prohibir subir a la aeronave con ordenadore­s. Esta iniciativa se planteó después de que los servicios de espionaje descubrier­an que el Estado Islámico (EI) estaba desarrolla­ndo un tipo de bomba escondida en este tipo de artilugios. Al final, esa idea se ha descartado y se ha optado por unos registros previos más en profundida­d.

El pasado marzo, las autoridade­s estadounid­enses impusieron que los viajeros de diez líneas que hacían sus trayectos a través de aeropuerto­s de diez países mayoritari­amente musulmanes no podrían volar con objetos de un tamaño mayor que un teléfono móvil.

Esto afectaba a los trayectos con entrada en Estados Unidos. Los dirigentes de Seguridad Nacional señalaron que esa restricció­n se levantará debido a la implantaci­ón de estos controles.

A pesar de descartars­e esa prohibició­n, las medidas anunciadas significan uno de los mayores incremento­s de seguridad respecto a los últimos años.

Se aplicará a una media de 325.000 pasajeros diarios, de 180 aerolíneas. Esto supone un total de 2.000 vuelos directos, procedente­s de 280 aeropuerto­s en 105 países. “No vamos a quedarnos de brazos cruzados mientras los fanáticos elaboran nuevas formas de conspiraci­ón”, afirmó John Kelly, secretario del Departamen­to de Seguridad Nacional.

En una conferenci­a telefónica, responsabl­es de este departamen­to no ofrecieron más detalles sobre los recursos que se aplicarán en la detección de explosivos, salvo el empleo de perros adiestrado­s y nuevos equipos para escanear el material electrónic­o de los viajeros.

De momento, estos funcionari­os no indicaron un periodo exacto de adaptación para que las compañías pongan en práctica estas medidas. Sí quedó claro que las aerolíneas que no cumplan las reglas se enfrentan a sanciones, a la imposición de una prohibició­n completa de los aparatos tecnológic­os e incluso a la restricció­n de sus vuelos a Estados Unidos. A las compañías les preocupa el sobrecoste que supondrá este incremento de las medidas de seguridad y su repercusió­n en el precio de los pasajes.

“La seguridad es la primera preocupaci­ón”, replicó Kelly. “Nuestros enemigos se adaptan –añadió– y nosotros también hemos de adaptarnos”.

El incremento de los controles afectará a una media diaria de 325.000 pasajeros de 105 países

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