Un año más en Girona
Después de la tempestad, viene la calma. El miércoles, la Zarzuela se vio azotada por vientos alisios, propios de un verano cálido, que arrancaron desde los tórridos corrillos del Congreso convirtiendo la ausencia del rey Juan Carlos en la conmemoración del 40.º aniversario de las primeras elecciones en una intriga palaciega. Ayer, sin embargo, la polémica ya había abandonado el espacio real, aunque seguía en los llamados mentideros capitalinos, y los Reyes llegaron a Girona para cumplir con su cita anual con la Fundación Princesa de Girona sin que se echara de menos a nadie. Carles Puigdemont, que, como alcalde de Girona, estuvo durante cuatro años directamente implicado en el desarrollo de los actos de la Fundació, recibió ayer, como presidente de la Generalitat, al Rey sin que, aparentemente, el anuncio del referéndum independentista para el 1 de octubre restara presión al apretón de manos que el Jefe del Estado y el jefe del ejecutivo catalán se dieron a las puertas del Auditori de Girona. Una normalidad institucional que se extendió a la presencia, junto a los Reyes, de la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, el delegado del Gobierno, Enric Millo, y la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, así como la directora de la Fundació, Mónica Margarit.
Los Reyes, que hoy estarán en los
diferentes talleres organizados en torno al programa Cómo se educa el
talento emprendedor, entregaron ayer los premios Princesa de Girona a cinco jóvenes: Héctor Gómez, experto en ingeniería computacional; Juan Zamora, artista; Miriam Reyes, educadora, y Damià Tormo, emprendedor y bioquímico y la oenegé británica Teach a Man to Fish (enseña a un hombre a pescar). El Rey, con la resaca del discurso institucional que el miércoles pronunció en el Congreso, paseó anoche por un terreno que ha hecho suyo, con un mensaje de corte humanista, comprometido con la educación y las oportunidades.
El Rey hizo al final de su discurso una profesión de fe y un canto de esperanza. Manifestó, delante de Puigdemont su compromiso de la Fundació con Girona y con Catalunya, “que significa creer en esta tierra y amarla”, y se mostró convencido de que “el año que viene, cuando nos volvamos a ver, tendremos la ocasión de reafirmar ese compromiso con los valores en los que se basa el progreso de Catalunya y, por tanto, el progreso de España”. Además, para completar la jugada, no se olvidó de felicitar al Girona FC por su ascenso a Primera División.
El Rey afirma ante Puigdemont que el compromiso con Catalunya es “creer en esta tierra y amarla”