La potencia de la oferta doméstica
‘Estiu 1993’, ‘Colossal’ y ‘Despido procedente’, tres fórmulas de éxito en la cartelera
El cine catalán y español es lo más destacado de la cartelera de este viernes. Y, por razones de calidad y de aceptación, las tres películas que representan esa oferta doméstica representan otras tantas fórmulas de éxito. Emoción sin atajos Estiu 1993 conquistó el premio a la Mejor Ópera Prima de la Berlinale y la Biznaga de Plata a la Mejor Película en el Festival de Málaga, entre otros reconocimientos. También conquistará, con seguridad, a todo aquel espectador que no tenga el alma de piedra. Rodada en catalán entre Olot y su comarca bajo la dirección de la barcelonesa Carla Simón, cuenta la historia de cuando la propia cineasta quedó huérfana con seis años al perder a su madre por contagio del sida. Tres años antes había muerto el padre por la misma causa. A través de la pequeña y encantadora actriz Laia Artigas, el filme explica el proceso de adaptación entre la niña y su nueva familia, formada por su tía y nueva madre, Marga (Bruna Cusí), Esteve (David Verdaguer) y la hija de ambos, Anna (Paula Robles), de cuatro años. Al dolor y la pena se suman los roces y recelos. Pero los toques de ternura y las hilarantes salidas de las crías atemperan los conflictos de manera natural. Y todo es creíble; no lacrimógeno porque sí, aunque sin duda conmueva.
La película habla de la familia como pocas veces se hace: en clave de reconstrucción. “Todos solemos considerar a nuestra familia como algo garantizado que damos por hecho. Pero ¿qué pasa si falta? ¿Qué ocurre si tienes que crearla de cero y construir todas las relaciones desde el principio? Quizá el hecho de que yo tuviera que empezar una familia de nuevo explica el que la valore tanto”, señala Simón. Y su valoración va mas allá de lo afectivo: “El contacto intergeneracional, el relacionarte con gente mayor y menor, es clave. Si no tienes eso, vives un mundo irreal. La familia no deja de ser una sociedad a pequeña escala”.
Bruna Cusí destaca por su parte dos aspectos de la cinta. Uno es el arco interpretativo que a ella le toca hacer, como nueva madre de la niña, “desde la actitud práctica hasta el amor; desde los límites y rutinas que Marga necesita establecer al principio hasta cuando aprende a querer a su nueva hija”. El otro punto que subraya Cusí es su propio aprendizaje –de la mano de la auténtica madre adoptiva de Simón– de que “los niños entienden las cosas y no hay que tratarlos como tontos, porque no lo son, sino confiar en ellos”. Hathaway con Vigalondo La íntima pero lejana y extraña relación entre un monstruo que asuela Seúl y una chica con problemas que vuelve a su pueblo en la América profunda es la premisa local y genial de Colossal, lo último del cántabro Nacho Vigalondo. La participación de Anne Hathaway como protagonista es “lo que levanta” esta película con trazas de superproducción pero en realidad adscrita al cine independiente, señala el propio cineasta. ¿Y de dónde puede salir una idea tan rara y rompedora como la de este filme? “Todas las películas e historias vienen del mismo sitio: de referencias de otras que a uno le han gustado y de la propia vida personal”, contesta Vigalondo. Hay en el primer ingrediente un poco de King Kong y de Godzilla, indica; y en el segundo, sus retornos a Cabezón de la Sal desde su vida de adulto en Madrid. Pero en este caso hay más: “El planteamiento inicial lo tenía desde hace tiempo. ¿Qué pasaría si un monstruo replicara las tonterías que hacemos los humanos?”. Una idea loca, sin duda. Imanol Arias contra Hugo Silva En Despido procedente, de Lucas Figueroa, Imanol Arias es el ejecutivo con conciencia que se enfrenta a un arribista idiota encarnado por Hugo Silva. Sucede en Buenos Aires, entre expatriados. Pura comedia española de las que gustan más al público que a la crítica. Pero de un estilo –defiende Arias– que se sale de los patrones tradicionales: “Esta es de pillos, no de gags ni de diferencias raciales o inadaptados o de tema sentimental”. Silva coincide y apuntala: “Aquí se utiliza el género de manera inteligente; no a base de chistes sino con una historia que la gente identifica enseguida”. El actor lamenta que la comedia esté “tan poco valorada aunque te haga pensar y esa sea su grandeza: que te toca sin que te des cuenta”. A eso aspira Despido procedente, que no es poco.