Improcedente humor
Dirección: Lucas Figueroa Intérpretes: Imanol Arias, Darío Grandinetti, Hugo Silva, Luis Luque, Miguel Ángel Solá, Paula Cancio, Tomás Pozzi, Producción: España, 2017 Una comedia que no te hace reír, o que como mucho te arranca media sonrisa, ¿es entonces una comedia?
No, probablemente no. Aunque así se venda (o la quieran vender). Y sin embargo el filme de Figueroa atesora suficientes valores –el menor de todos ellos, la risa como se ha dicho– para resultar sugerente en otros muchos aspectos. Grandinetti, sin ir más lejos. Tiene el actor argentino un papel inquietante, el de terminator de suburbio marginal que se convierte en sombra y martillo –en una maldición– de un pobre directivo de una empresa de comunicaciones en medio de una oleada de despidos. Todo porque el citado ejecutivo le indicó una dirección de forma errónea. Ese fallo, sin mala intención, se convierte en la causa de una persecución constante y tenaz, como de bota malaya. Apretando y apretando las tuercas del pobre diablo. Esa es la superficie, la espuma de la supuesta comedia. El drama de verdad recae en el sufrido ejecutivo forzado a despedir empleados.
Efectivamente, es difícil reír en medio de una reestructuración de plantilla o cuando tu propia vida –tu novia, tu existencia entera– pende de un hilo. Imanol Arias, con más cara de Vicente Ferrer en la India que de ejecutivo agresivo, encarna a este personaje acorralado por las circunstancias. Y además de por Grandinetti, magnífico, se ve rodeado de un nutrido grupo de actores argentinos (extraña película de titularidad española). Donde ninguno pierde su oportunidad de mostrar su valía. Una comedia, pues, con corazón de drama. De tragedia incluso. /