La Vanguardia (1ª edición)

“Cada día me siento mejor”

Adel Mechaal afina su puesta a punto para el Mundial de Londres: 3m37s32 en 1.500 m

- SERGIO HEREDIA Barcelona

Casi una docena de atletas olímpicos se sentaba ayer a la mesa, en el Museu Olímpic de Montjuïc.

Entre ellos estaban Sotomayor, Plaza, Ellen van Langen, García Chico, Mari Cruz Díaz, Sala, Cornet, García Bragado o Lobito Ruiz.

Comieron bacalao y un entrecot. Se bajaron alguna cerveza. Y hablaron de Barcelona’92. Por ejemplo, de Fermín Cacho. ¡Qué carrera aquella, hace ahora un cuarto de siglo! Curioso: Cacho no estaba ayer en aquel encuentro en Montjuïc. Tenía un compromiso en Madrid. Entre pintas, salió un asunto: –¿Qué pasa con los mediofondi­stas españoles del presente? ¿Por qué sabemos tan pocas cosas de ellos?

Este no es un asunto gratuito. En su momento, brillaron González y Abascal. Cacho, Viciosa, Andrés Díaz, Reyes o Higuero. Dieron portadas. Firmaron autógrafos. Luego se fueron. Y después, el abismo. Los grandes mediofondi­stas contemporá­neos apenas salen en los papeles. Dijo una de aquellas leyendas: –Ahora falta carisma. –¿...? –Falta aquella presencia, aquella rivalidad. Aquello que nos ofrecían los duelos entre González y Abascal. Entre Cacho y Reyes. Algunas declaracio­nes subidas de tono. La capacidad de pervivir en el tiempo, de fascinar al aficionado.

Tras aquel debate, la mayoría de las leyendas olímpicas dejaron atrás el Museu Olímpic y marcharon colina abajo. Y se asomaron al estadio Serrahima, escenario del Meeting Ciutat de Barcelona.

Lo que vieron le dio un impulso al debate.

Ante sus ojos apareció Adel Mechaal (26).

Llevamos tiempo hablando de él. Está de por medio su follón judicial, pendiente como se encuentra de la resolución del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). La temporada pasada, Mechaal se ausentó en tres controles antidopaje. Por ahora puede competir, al amparo de una cautelar.

Aunque hoy toca hablar de sus méritos.

Mechaal contaba ayer a La Vanguardia que se ha pasado una semana en Navacerrad­a. Trotando a 1.850 metros de altitud. Esquivando el calor tórrido de la capital. Y sintiéndos­e bien.

–Cada día me siento mejor –decía Mechaal ayer.

Por la mañana había bajado de Navacerrad­a a Madrid. Y a mediodía había tomado el AVE hasta Barcelona.

Lo hizo para tratar de imponerse en el Serrahima. Superar a Marc Alcalá y Llorenç Sales, sus grandes rivales españoles de este año en los 1.500 m. Son atletas conocidos, pero menos. Unos que buscan su lugar en el imaginario. Como hacían Cacho o Abascal.

La batalla no tuvo color. Las liebres lanzaron la carrera. Cruzaron el kilómetro en 2m25s. Tres segundos por debajo del parcial previsto. Mechaal fue avanzando posiciones cómodament­e, para aparecer en cabeza en la última vuelta. Aguantó el envite hasta la última recta, cuando cedió ante Mohamed Ismail, que le ganó en los cuadros. Mechaal marcó 3m37s32.

Mañana prueba un plato fuerte: los 3.000 m en la Diamond League de París.

Mechaal fue avanzando posiciones cómodament­e, y sólo fue superado en los cuadros por Ismail

 ?? ALEJANDRO GARCÍA / EFE ?? Leyendas en Montjuïc. Daniel Plaza (marcha), Javier García Chico (pértiga), Ellen van Langen (800 m) y Javier Sotomayor (altura) posan en el Estadi Olímpic de Montjuïc, ayer; todos ellos lograron subirse al podio en los Juegos de Barcelona’92
ALEJANDRO GARCÍA / EFE Leyendas en Montjuïc. Daniel Plaza (marcha), Javier García Chico (pértiga), Ellen van Langen (800 m) y Javier Sotomayor (altura) posan en el Estadi Olímpic de Montjuïc, ayer; todos ellos lograron subirse al podio en los Juegos de Barcelona’92

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