El conflicto de la estiba remite por el acuerdo de sindicatos y patronal
Las partes sientan las bases del nuevo convenio, que quieren cerrar en septiembre
Tras casi cinco meses de conflicto, la estiba va camino de regresar a la normalidad. Los sindicatos y la patronal sellaron ayer un pacto que sienta las bases del que debe ser el nuevo convenio colectivo marco, que prevén tener listo como mucho a finales de septiembre. Los representantes de los trabajadores acordaron desconvocar todos los paros y a mantener el mejor clima posible de cara a la negociación que queda por delante y que arrancará la próxima semana. Los dos principales escollos que impedían avanzar se han salvado. Las empresas subrogarán los empleados antes de acometer cualquier ajuste, que será voluntario vía jubilaciones anticipadas. Esto supone el mantenimiento del 100% de las plantillas actuales, unas 6.100 personas. Los estibadores aceptan que los operadores que lo deseen no participen en los nuevos centros portuarios de empleo, herederos de las Sagep, que actuaban como monopolios en el modelo anterior a la reforma. Asimismo, asumirán un recorte salarial del 10%.
El acuerdo llega después de que el conflicto se estuviese resolviendo empresa a empresa con la firma de pactos bilaterales en la línea del alcanzado en la reunión de ayer. Esta situación había llevado a que las huelgas, que comenzaron el 5 de junio con seguimientos totales, fuesen perdiendo fuelle. En las compañías con acuerdos o negociaciones abiertas, los paros se suspendieron, mientras que en el resto se mantenían. Según datos de Puertos del Estado, estas movilizaciones han supuesto pérdidas acumuladas de más de 150 millones de euros y han puesto en riesgo el mantenimiento de tráficos. Caso extremo ha sido el de Algeciras, puerto que ha perdido rutas en favor de su principal competidor, el marroquí Tánger Med.
La disparidad de posiciones entre las empresas explotó en el seno de la patronal, Anesco, con la salida de varios de sus asociados, entre ellos tres grupos significativos –Bergé, Ership y Algeposa– e incluso con la dimisión de su presidente, Joaquim Coello, que estaba en funciones desde enero. Los críticos no aceptaban las reclamaciones de los sindicatos porque, a su juicio, suponían mantener el sistema monopolístico que la reforma aprobada por el Gobierno pretende superar, en cumplimiento de la sentencia de diciembre de 2014 del Tribunal de Justicia de la UE que instaba a liberalizar el sector. Estos últimos días, la organización, que mantiene la representación superior al 70% del sector, se ha reordenado y ha favorecido el acuerdo. En este sentido, ha sido clave la intervención de algunos de sus miembros más destacados, entre ellos la de Javier Vidal, presidente de la Asociación de Empresas Estibadoras de Barcelona y director de operaciones de la terminal de contenedores BEST.
La plataforma PIPE, que agrupa a grandes inversores portuarios, ve ilegales algunos puntos del pacto y denuncia que hay operadores que están firmando bajo coacción.
El líder de la mayoritaria Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM), Antolín Goya, no ocultó su alivio por la reconducción de esta crisis, aunque reconoció que “siempre te queda esta espina de por qué han tenido que hacerse las cosas así, si se podrían haber hecho desde el primer momento en una mesa de negociación normal, es una pena haber pasado por tantos meses de tensión, de nervios, de pérdida de tráficos, para hacer algo que podíamos haber hecho desde el primer momento de una forma natural”. El dirigente sindical lamentó que el Gobierno aprobara la reforma sin contar con la patronal y los sindicatos y que, con el nuevo marco legal, “al no asegurarse el 100% del empleo”, los abocara una negociación colectiva en la que “una minoría de empresas iba a bloquear y obstaculizar” cualquier tipo de acuerdo.
Desconvocadas las huelgas al pactarse el mantenimiento del empleo tras la reforma del sector