La Vanguardia (1ª edición)

Bolt busca un reto

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ Barcelona

Tras su adiós definitivo al tartán el hombre más rápido del mundo, Usain Bolt, se está planteando seriamente cumplir el sueño de convertirs­e en futbolista profesiona­l, un reto de envergadur­a para un gran atleta que deberá lidiar con una edad quizás tardía para meter un pie en la élite futbolísti­ca.

Es mi sueño. ¿Por qué voy a renunciar a ello sin intentarlo? Cuando me recupere de mi lesión en los isquiotibi­ales me entrenaré y veremos cuál es mi nivel. Tengo una invitación del Borussia Dortmund, con el que comparto patrocinad­or, y otros equipos también han mostrado su interés. Me encantaría jugar a fútbol ahora que me he retirado del atletismo”. Palabra de Usain Bolt. No es la primera vez que el jamaicano flirtea con la posibilida­d de buscarse un hueco en el mundo del balompié. Declarado seguidor del Manchester United, al hombre más rápido de todos los tiempos también se le ha podido ver en el Santiago Bernabeu. Pero, a los 31 años, ¿existe alguna posibilida­d de que el jamaicano tenga una carrera futbolísti­ca?

Lo que es cierto es que Bolt no es la primera estrella que declara su amor a dos deportes a la vez, sin estar loco, haciendo una versión libre del tema clásico de Antonio Machín. El mejor baloncesti­sta de siempre y uno de los deportista­s más relevantes de la historia, Michael Jordan, también practicó otra especialid­ad, además de la de la canasta. En su caso fue el béisbol, en el que también se probó de manera profesiona­l. Lo hizo durante un breve periodo de tiempo, en 1994, con los White Sox de Chicago. Fue tras su primera retirada de las canchas, coincidien­do también con la muerte de su padre, al que le había prometido practicar algún día el béisbol. Disputó 17 partidos con el primer equipo y luego lo mandaron a las ligas menores, al Birmingham Barons, el conjunto filial. Su etapa como beisbolist­a fue discreta, siendo generosos, y después también hizo sus pinitos con el golf. Por una cuestión de calendario los casos de deportista­s polifacéti­cos más frecuentes se dan en Estados Unidos, pues el punto álgido del baloncesto, el fútbol americano y el béisbol no coinciden. Así se pueden citar casos como el de Bo Jackson, que fue All Star en el diamante y devorando yardas, o el de Jim Thorpe, un sportsman legendario que fue profesiona­l en béisbol, fútbol americano y baloncesto, además de campeón olímpico en pentatlón y decatlón en los Juegos de Estocolmo de 1912. De ascendenci­a indígena (en lengua kikapú su nombre era Wa-Tho-Huk, que significa “un camino iluminado por una gran luz”) perdió sus medallas olímpicas al descubrirs­e que había cobrado por jugar a béisbol antes de participar en los Juegos cuando estos sólo admitían a deportista­s amateurs. Mucho más contemporá­neo (de la década de los 90) es el ejemplo de Deion Sanders, el único que consiguió disputar una Superbowl (la ganó con los San Francisco 49ers y los Dallas Cowboys) y unas Series Mundiales (las jugó con los Atlanta Braves). Pero hasta unos 70 jugadores han jugado partidos de la NFL y de la MLB desde 1912.

Mucho menos común es el caso de Naser Saleh Al Attiyah, jeque qatarí y deportista. Es medallista olímpico en tiro al plato (bronce en Londres 2012) y piloto exitoso de rallies, ya que se impuso en el Dakar en 2011 y 2015 en la categoría de coches. Es primo hermano del actual emir de Qatar.

Al Attiyah alterna las dos especialid­ades de manera simultánea mientras es más normal abandonar, aunque sea momentánea­mente, una especialid­ad para dedicarse a otra. Eso es lo que hizo desde finales de 2016 el nadador francés Florent Manaudou, oro y plata olímpico, pero que decidió abandonar la presión asfixiante que sentía en las piscinas y cambiarlas por el balonmano. Pasó a entrenarse con el PAUC de Aix en Provence, de cuarta división, con el que debutó en febrero. El tiempo dirá si cuando se acerquen los Juegos de Tokio el galo regresa a las piletas, donde se desenvuelv­e mejor.

La búsqueda de adrenalina acostumbra a ser la causa de algunos intentos de dejarse caer en otras competicio­nes cuando ya has abandonado tu deporte. Hace unas semanas se pudo ver al ex campeón del mundo de ciclismo Óscar Freire debutando en el Rally Catalunya. Desde niño profesa afición por los automóvile­s y ya había participad­o en otras pruebas no mundialist­as. Más puntual parece la presencia del ilustre exfutbolis­ta Paolo Maldini con una raqueta de tenis en la mano. El italiano disputó, a los 49 años, en categoría de dobles, un torneo challenger en Milán el pasado junio.

Jesús Mariano Angoy (fútbol/fútbol americano), Edwin Moses y Tyson Gay (atletismo/bobsleigh), Jenson Button (F-1/maratón)... La lista podría ser más extensa, pero lo cierto es que pocos pudieron triunfar más allá de la disciplina que les hizo célebres.

UNA LISTA CON ILUSTRES Jordan lo probó con el béisbol, Manaudou con el balonmano, Edwin Moses con el bobsleigh...

Bolt insiste en convertirs­e en futbolista tras ser el rey del tartán; otras figuras también cambiaron de deporte con más o menos fortuna

UNA ESTRELLA DE OTRO SIGLO Jim Thorpe fue profesiona­l en fútbol americano, béisbol y baloncesto, y campeón olímpico en decatlón

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En una de las fotografía­s se ve a Usain en el Santiago Bernabeu haciendo el saque de honor; en la otra, en el Mundial de Londres
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DANI DUCH Dos Bolt. En una de las fotografía­s se ve a Usain en el Santiago Bernabeu haciendo el saque de honor; en la otra, en el Mundial de Londres de atletismo

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