Alianza metropolitana para paliar la recaída económica Inconformistas.
Los ayuntamientos aseguran que hay inversores que han desistido por la situación política
Contra el conflicto institucional, el desánimo, la fuga de empresas, la repentina caída del consumo y la posible pérdida de inversiones ya apalabradas, Barcelona trata de salvaguardar su función de valor refugio, de echar mano de su prestigiosa marca para capear el temporal. Pero el paliativo a la delicada situación por la que atraviesa el país no se circunscribe a una receta aplicable en las 10.216 hectáreas del término municipal. Ha de ser una respuesta de dimensión metropolitana, del conjunto del área formada por 36 municipios que aportan más del 52% del PIB de Catalunya. Y esa respuesta es la que han comenzado a elaborar alcaldes y responsables de promoción económica del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB). El primer paso, del que se derivará toda una serie de actuaciones, es la puesta en marcha de la Agencia Metropolitana de Desarrollo Económico, un organismo proactivo inspirado en las experiencias de ciudades como Ams- terdam, Estocolmo o Londres.
La agencia metropolitana nace apadrinada, entre otros, por el segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, el socialista Jaume Collboni, y la alcaldesa de l’Hospitalet de Llobregat y también dirigente del PSC, Núria Marín, ambos vicepresidentes del AMB. La agencia es el fruto de meses de gestación por parte de un equipo en el que han tenido un papel clave el director del área de Desarrollo Social y Económico del AMB, Héctor Santcovsky, y el director de Desarrollo Económico de la misma institución, el que fue número dos del alcalde Joan Clos en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Casas.
Con este nuevo instrumento se pretende incidir en tres ámbitos: el apoyo a los servicios locales y a las nuevas actividades económicas, la innovación y reindustrialización (el AMB ya tiene en rodaje un programa de recuperación y modernización de polígonos industriales con un presupuesto de 30 millones de euros) y, sobre todo, un objetivo genérico de impulso y reactivación económica. Para ello, desarrollará medidas de
internacionalización de las empresas, captación y seguimiento de inversiones en el territorio de la gran conurbación urbana de la capital catalana y proyección de la marca Barcelona, una marca todavía con mucha solidez internacional y de la que esperan beneficiarse todos los municipios que forman parte del AMB.
El Observatorio Económico Metropolitano apunta que, a finales del primer semestre de este año, el número de empresas en el citado ámbito territorial se había incrementado respecto al mismo periodo del 2016 en un 2%, que la ocupación había crecido un 4% y el paro se había reducido en un 13%. Datos todos ellos que invitaban al optimismo y que permitían vislumbrar una salida definitiva de la gran crisis económica que se inició en el 2008. Sin embargo, como apuntaron ayer Jaume Collboni y Núria Marín, esa evolución positiva se ha torcido en las últimas semanas como consecuencia del conflicto político entre los gobiernos español y catalán y la incertidumbre social y económica que está provocando. Los dos dirigentes socialistas no quisieron dar ejemplos concretos de inversiones que han volado o que se han congelado como consecuencia de la actual coyuntura, según dijeron para no crear más alarmismo, pero insistieron en que “no se puede negar la realidad” y “darle la espalda”. Esa realidad, según se puso de manifiesto en la reunión que mantuvieron los responsables de promoción económica de los ayuntamientos antes de anunciar el alumbramiento de la agencia metropolitana, habla de una caída cifrada en torno al 30% en el turismo, el comercio, el consumo en general y las comandas a las pequeñas y medias empresas, las más afectadas por esta crisis sobrevenida. Collboni y Marín coincidieron también en que, de un tiempo a esta parte, hay inversiones “que se lo piensan dos veces” e incluso empresas que “han tomado la decisión de no instalarse”. En este sentido, Collboni insistió en reclamar al president Puigdemont que convoque elecciones para contribuir a “deshacer incertidumbres”.