El 70% del comercio reduce sus ventas por la crisis política
Una encuesta de Pimec revela un descenso de la actividad en octubre El sector confía en que la situación mejore una vez pasadas las elecciones
El sector del comercio se resintió en el mes de octubre con un descenso de ventas, según opina el 70% de los comerciantes consultados por la patronal Pimec. La mayoría lo atribuye a la incertidumbre política.
Cuando el investigador social y profesor de la Universidad de California (Riverside) Toby Miller acabó ayer la conferencia inaugural del seminario A Tempo Arts i Formació –una de las actividades pedagógicas de Temporada Alta– a uno le venían ganas de deshacerse del teléfono móvil, del ordenador, de la tableta e incluso del televisor que miraría horas después de esa charla cómodamente en el sofá de casa. Miller, considerado una de las eminencias del campo de las industrias culturales, removió conciencias ayer en Girona al explicar las consecuencias negativas para el medio ambiente de esos artilugios que tanto nos facilitan la vida, pero también de las penosas condiciones laborales de los trabajadores de los denominados países del tercer mundo que ensamblan las piezas de esos teléfono y de los efectos nocivos sobre la salud para esas personas, mayoritariamente jóvenes.
Miller recordó que el coltán, un mineral metálico escaso en la naturaleza procedente principalmente de la República Democrática de Congo, se ha convertido en uno de los más preciados materiales en el ámbito de la electrónica y de la fabricación de celulares. Un mineral que ha sido la base de un conflicto por el control de ese recurso natural que ha dejado más de cinco millones de muertos y escenas de esclavitud. “Quizás eso no forme parte de nuestro conocimiento cuando tenemos la tecnología entre manos, pero también debemos pensar en todas las partes de ese circuito cultural: desde el que busca el mineral en la mina, al trabajador esclavo que lo ensambla en la fábrica o al que recoge luego la basura tecnológica una vez ha dejado de funcionar”, afirmó el profesor.
Miller puso el foco también en las duras condiciones de las empleadas de las fábricas chinas que elaboran la tecnología. “Mayoritariamente son mujeres de entre 11 y 21 años que sólo libran cuatro horas los domingos. Entre ellas, hay suicidios por la esclavitud”, afirmó Miller que habló con algunas de esas mujeres durante una visita a China en sus escasas horas de asueto.
El académico, que ha sido profesor también en universidades de Londres, Australia o Cartagena de Indias, incidió también en la toxicidad de los elementos que configuran la tecnología para quienes los construyen y para los que reciclan la basura tecnológica,
“Hay que pensar en el pasado que tuvo y el futuro que tendrá nuestra tecnología”, dice Miller
una vez el dispositivo ha quedado obsoleto. El principal destino de esa basura “muy tóxica”, según Miller son países del oeste de África, India, China, México o Brasil, entre otros. El profesor explica que los problemas de fertilidad, las afectaciones cerebrales entre la población joven, problemas en la vista u oídos son algunos de los impactos sobre la salud para las personas que estan en contacto diario y permanente construyendo o recolectando esa tecnología. En algunos países, la esperanza de vida de los recicladores de chatarra tecnológica no supera los 30 años.
Durante su intervención, Miller se acompañó de muchas imágenes de obras o performances de artistas que se han convertido en un altavoz de denuncia sobre el impacto ambiental, las condiciones laborales y la toxicidad de estos dispositivos tecnológicos una vez convertidos en chatarra. Miller destacó la obra de un artista estadounidense que durante un año expuso en un espacio público de la ciudad australiana de Melbourne una obra artística hecha a base de miles de celulares en la que aparecía el número 23 (son los millones de habitantes de Australia y el número de dispositivos móviles en desuso que hay en el país) o la de un artista holandés que explicó sus vivencias tras recolectar basura tecnológica durante una semana en África Occidental. Otros artistas han creados joyas con chips electrónicos o construido esculturas con parte de esa herencia. Imágenes que quieren despertar conciencias y hacer pensar a la gente lo que se esconde detrás de un simple móvil.