El comercio en Catalunya se resiente de la incertidumbre política
Una encuesta de Pimec revela que el 70% del sector redujo sus ventas en octubre
El sector del comercio se resintió de la incertidumbre política por la que atraviesa Catalunya en el mes de octubre. Un 70% del pequeño comercio afirma que han sufrido una reducción de ventas o facturación en el mes y la mayor parte de los consultados (el 62%) lo achaca a la situación política, según una encuesta elaborada por Pimec hecha pública ayer.
El estudio está elaborado sobre la base de una encuesta electrónica a 423 asociados . Básicamente se trata de pequeños comerciantes pero también hay representantes de la restauración y del sector hotelero y turístico. Pese a los malos datos registrados el mes pasado, el sector es optimista de cara a a las próximas semanas y la campaña navideña, pese a que se desarrollará en medio de otra campaña, la electoral.
El presidente de Pimecomerç, Àlex Goñi, destacó que los empresarios “tienen la ilusión o la fe de que la situación mejorará”. El 24,9% de los encuestados considera que la ventas serán mejores en los próximos meses, aunque un 27,2% piensa que pueden ser peores. El 47,9% restante estima que la evolución será la misma. No obstante, Goñi recuerda que en el sector del comercio y a diferencia de lo que sucede, por ejemplo en la industria, las ventas que se pierden no se recuperan en el futuro.
Goñi cree que la caída de las ventas y la facturación en octubre está relacionado con la situación política que configura un estado de ánimo poco proclive a la actividad comercial. “Cuando la gente está preocupada o tiene miedo y compra menos”, dijo el responsable de los pequeños empresarios del comercio.
Por sectores, como se aprecia en el gráfico adjunto, es el área del comercio textil el que más sufrió la caída de ventas y facturación en el mes de octubre: un 69,8% de los afectados. Aunque algunos análisis culpan también a las altas temperaturas como uno de los factores que explican las menores ventas, un 81,9% de los encuestados consideran que la responsabilidad está en la “situación política” (la encuesta no da opción a atribuirlo a las altas temperaturas). El comercio de alimentación es el consumo más inelástico que hay. Por eso es donde más empresas declaran no haber notado ninguna descenso de ventas, 36,5%.
Otra preocupación empresarial es un posible boicot por parte de los consumidores españoles sobre los productos catalanes. Esta semana se hizo público un estudio elaborado por la consultora Reputation Institute que aseguraba que un 23,2% de los consumidores españoles afirmaban estar practicando boicot a los productos fabricados en Catalunya como consecuencia de las fuertes tensiones políticas e institucionales. En la encuesta de Pimecomerç, el 93,9% de los entrevistados afirman no haber sufrido ningún boicot.
La encuesta analiza también la repercusión por provincias y constata que es en Girona donde menos se ha percibido la rebaja de ventas ya que un 36% no han notado efecto alguno. En cambio, en Lleida más de la mitad de los comerciantes han sufrido muchas o bastantes reducciones de ventas.
Goñi pidió ayer a los representantes políticos que contribuyan a hacer que el entendimiento y la estabilidad se abran paso y se normalice la situación económica del país. “Si la economía de las pyme se debilita, muchas familias catalanas sufrirán”, dijo Goñi, antes
Los comerciantes confían en que mejorará la situación pese a las elecciones Un 7,1% de los encuestados dicen haber notado los efectos del boicot
de rechazar algunas de las medidas propuestas como “no encender las luces de Navidad o convocar nuevas huelgas”.
Mientras, el traslado de sedes sociales de empresas fuera de Catalunya prosigue, si bien con menos intensidad que durante el mes de octubre. El miércoles fueron 40 y el jueves 69. De esta forma son ya 2.388 las que han tomado esa decisión. El último nombre que ha trascendido es el de Torrot (principal fabricante de motos) que ja situado su domicilio social en Zaragoza.
La fuga de sedes sociales arrancó después del referéndum del 1-O ante el temor a una declaración unilateral de independencia por parte del Govern. Un decreto ley aprobado de urgencia por parte del Gobierno central facilitó el cambio de domicilio, ya que sólo era necesario que lo aprobara el consejo de administración. En cambio antes y como norma general, el cambio debía contar con el visto bueno de la junta de accionistas. Las primeras empresas que optaron por el cambio fueron las grandes con CaixaBank y Banc Sabadell a la cabeza.