Caen las visitas y los pedidos en los concesionarios de coches
España no logrará fabricar tres millones de automóviles este año
Octubre no fue un buen mes en los concesionarios de coches de Catalunya. Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, la patronal española de esta actividad, aseguró ayer que las visitas y los pedidos cayeron entre el 25% y el 30%, y lo achacó a la inestabilidad política por el conflicto catalán. Para comprobar si este descenso se traslada a las ventas finales habrá que esperar dos o tres meses, que es el plazo medio de entrega de los vehículos a los compradores. En noviembre, la situación, aunque ha mejorado, no se ha normalizado. El sector confía en que remontará a medida de que la incertidumbre disminuya.
Las matriculaciones de octubre en Catalunya ya dieron una primera señal de alarma (véase La Vanguardia del 3 de noviembre). Aunque crecieron un 4,6% respecto al mismo mes del 2016, lo hicieron tres veces menos que en el conjunto de España, donde aumentaron un 13,7%. Esta distancia se notó especialmente en el mercado de particulares, el que muestra el consumo directo de los ciudadanos, que aumentó un 1% mientras que el alza media española fue del 11%. “Este sector es absolutamente alérgico a la incertidumbre, el comprador necesita estabilidad para visitar los concesionarios y decidirse por la compra de un vehículo, que tiene un precio medio de 22.400 euros”, comentó Pérez tras su intervención en el encuentro anual de automoción en la escuela de negocios Iese.
En el mismo foro, Mario Armero, vicepresidente ejecutivo de Anfac, la patronal de fabricantes, también mostró su “preocupación”. Pero, de igual modo que Pérez, lanzó un mensaje optimista. “Creemos que es reversible”, manifestó, tras lo cual recordó que “Catalunya creció en los últimos años el doble que España”.
En su intervención, Armero confirmó que la producción se ha frenado en España de tal modo que las plantas no alcanzarán este año el reto de poner en el mercado tres millones de vehículos, entre turismos y comerciales. Las últimas cifras certifican lo que se veía venir desde hace meses, debido principalmente al descenso de las exportaciones. “Hasta septiemmundial, bre hemos caído un 3,9%”, dijo, de modo que “tendremos que trasladar el objetivo al 2018”. La previsión de los fabricantes ahora es cerrar el ejercicio con unos 2,8 millones de unidades en el mercado, lo que supondría un recorte superior al 3% respecto al 2016, que se saldó con 2.891.907, un 5,6% más que en el 2015.
“No es ninguna crisis del sector, sino una llamada de atención para ver cuál es la agenda de trabajo que tenemos que enfocar para remontar”, dijo Armero, que recordó que las factorías españolas sumarán en los próximos años diez modelos a los 43 actuales. El vicepresidente de Anfac pidió “un nuevo impulso político” para que el país no quede atrás en “un mercado global que está sometido a fuertes turbulencias”. En este sentido, destacó el apoyo que los gobiernos están dando a las industrias británica, francesa o alemana, que también están cayendo, pero con menor intensidad.
El frenazo en la producción en España, segundo fabricante europeo y octavo rompe la tendencia alcista iniciada en el 2012 (véase gráfico), cuando cayó por debajo de los dos millones y el país quedó fuera del top ten mundial. Fue entonces cuando se fijó el objetivo de recuperar los niveles previos a la crisis –en el 2007 se ensamblaron 2,9 millones– y alcanzar los tres millones, un valor desconocido desde el 2004.
La principal causa de la caída del 2017 está en las exportaciones, que captan el 85% de la producción y que se espera este año ronden los 2,4 millones de unidades. Mercados clave como el Reino Unido, Alemania y Turquía se han enfriado. Las ventas en España –de todos los modelos, tanto los fabricados en el país como los importados– van al alza. La previsión de Anfac es cerrar el año con 1,22 millones de matriculaciones, un 7% más que en el 2016. Para el 2018 se espera un crecimiento del 4%. El canal de particulares es el que más preocupa, ya que crece al 3%, cuando lo deseable para el sector sería hacerlo el doble que el PIB, sobre del 6%.