Merkel se da hasta el domingo para pactar coalición con liberales y verdes
La canciller de Alemania se juega su futuro político si no logra acercar posturas
El maratón negociador de la canciller y líder democristiana de Alemania, Angela Merkel, con liberales y verdes en busca de un mínimo consenso para plantearse formar gobierno proseguía ayer, después de una noche –la del jueves al viernes– en que los negociadores decidieron rendirse a la evidencia de que no iban a ponerse de acuerdo todavía. Llevan cuatro semanas de conversaciones exploratorias intentando hilvanar una coalición –conocida como Jamaica, por los colores de los partidos que la compondrían–, la única aritméticamente posible, inédita a nivel federal, e incómoda para sus protagonistas, por sus notables diferencias ideológicas.
“Acudo a estas negociaciones con la intención, pese a todas las dificultades, de llevar a cabo la tarea que nos dieron los votantes de formar una coalición –dijo ayer Merkel a su llegada a la siguiente ronda–. Será duro, pero vale la pena ir a una segunda ronda”. Entre el jueves y el viernes, ella como líder de la democristiana CDU, y los dirigentes de la socialcristiana CSU (partido bávaro que es socio histórico de la CDU), del liberal FDP y de Alianza 90/los Verdes, con sus asesores –en total, 52 personas–, estuvieron negociando durante quince horas. Motivo: la propia Merkel había indicado el 16 de noviembre como fecha tope para alcanzar un primer consenso que permitiera sentarse a negociar en serio un acuerdo de coalición.
Al filo de las cinco de la madrugada del viernes, con el diálogo encallado, los partidos implicados decidieron darse un poco más de tiempo. Pero tampoco demasiado: del ámbito democristiano llegaron declaraciones que señalaban la tarde de este domingo 19 como plazo último para llegar a un principio de acuerdo. “Detecto buena disposición en todas las partes, y todos tienen que hacer concesiones; creo que las conversaciones exploratorias deben terminar este fin de semana”, dijo Volker Kauder, jefe del grupo parlamentario conservador.
De hecho, en prensa alemana circula un borrador de acuerdo de 61 páginas, aunque repleto de espacios pendientes de reelaboración. Y en todo caso, los Verdes tienen previsto decidir definitivamente si se lanzan a intentar un acuerdo de coalición con conservadores y FDP en un congreso el próximo día 25.
Las conversaciones exploratorias, celebradas hasta ahora en un edificio parlamentario, se trasladaron ayer a territorio democristiano: la Konrad-Adenauer-Haus, la sede berlinesa de la CDU. Si los partidos difieren en temas clave (refugiados, Europa, defensa, impuestos, clima, financiación…), les une el deseo de gobernar: para Merkel, que lleva doce años de canciller, sería su cuarto mandato, mientras que el FDP volvería a tocar poder federal tras una legislatura sin siquiera representación en el Bundestag, y los Verdes participarían otra vez en un Ejecutivo tras su experiencia de 1998 al 2005 con el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder.
También les une el temor a nuevas elecciones, posibilidad que la prensa germana no descarta, visto el enroque de los partidos. Un sondeo difundido ayer por la cadena pública ZDF indica que un 68% de alemanes ve bien nuevos comicios si fracasan las negociaciones pro Jamaica, una coalición que apoyan el 50% de consultados, siete puntos menos que en sondeos anteriores.
Para Angela Merkel es vital tejer esa coalición y evitar otra cita con las urnas, pues su carrera política quedaría muy comprometida. Algunos analistas empiezan a hablar de señales de crepúsculo para Merkel. Con todo, aún le quedaría la opción de intentar convencer al SPD de que abandone su decisión de estar en la oposición y se sume de nuevo a un Ejecutivo de Grosse Koalition, pero el líder socialdemócrata, Martin Schulz, no está por la labor. Una tercera posibilidad para la democristiana sería un gobierno en minoría, una situación sin precedentes en Alemania.
Un principio de acuerdo permitiría empezar a negociar en serio y evitar el riesgo de nuevas elecciones