Los centros de recogida selectiva y la reutilización de los residuos
La Semana Europea de la Prevención de Residuos acerca los puntos verdes a la ciudadanía y muestra la evolución del ‘sexto contenedor’ en centros de actividades y aprendizaje
Muchos de los objetos cotidianos que desestimamos podrían recibir una segunda –¡y tercera!– oportunidad. Prevenir la generación de un residuo es incluso mejor que reciclar los materiales que lo componen: alargar su vida útil, encontrarle una nueva funcionalidad, intercambiarlo, transformarlo en un elemento decorativo, un regalo o en parte de un juego… Los centros de recogida selectiva metropolitanos son una puerta excepcional a esta segunda vida útil de los objetos, y ofrecen multitud de actividades, servicios y cursos gratuitos a lo largo del año. Este noviembre, además, celebran la Semana Europea de la Prevención de Residuos con una programación especial.
Una veintena de actos muy inspiradores y para todos los públicos dinamizarán los puntos verdes de la metrópolis del 18 al 26 de noviembre, bajo el lema “Démosle una nueva vida”. La celebración, que ya suma diez ediciones, nace gracias al programa europeo Life y llega de la mano de la Asociación de Ciudadanos por el Reciclaje (ACR+). “Es necesario evidenciar que generamos demasiados residuos y que con un poco de imaginación es posible reducirlos”, expone Albert Torras, jefe del Servicio de Prevención de Residuos del Área Metropolitana de Barcelona (AMB).
Este año, AMB quiere hacer especial hincapié en el papel de los puntos de recogida selectiva como un recurso ciudadano con un gran potencial y en permanente evolución. “Durante muchos años se ha asociado el punto de con un lugar donde uno solo va a lanzar objetos, pero hace dos años que se ha cambiado la definición y ahora, además de llevar objetos en desuso, también podemos ir a aprender cómo reaprovecharlos y hasta llevarnos un artículo reparado o de segunda mano”, explica Joan Miquel Trullols, director de Servicios de Prevención y Gestión de Residuos del AMB. “Esta nueva dimensión está en expansión y, por ejemplo, ya prácticamente todos los municipios ofrecen algún circuito de intercambio o mercado de segunda mano, sobre todo de libros y objetos pequeños”, señala.
DÍA TEMÁTICO DE LA PREVENCIÓN
Para difundir estas prácticas, este año la Semana arranca con el Día temático de la Prevención, que una decena de puntos verdes acogerá este sábado 18 de noviembre por la mañana. Por ejemplo, las plantas de Santa Coloma de Cervelló y la de Tiana-Montgat ofrecen juegos hechos con materiales reciclados a cargo de Guixot de 8; en Pallejà, la asociación Solidança imparte un taller de reparación de muebles; y en el barrio barcelonés de Vallvidrera habrá manualidades y chocolatada con Vivi Lepori. Tampoco faltarán animaciones: dos profesores de bata blanca ilustrarán a los visitantes del centro de Sant Feliu de Llobregat; Sergio Pons hará reír a los vecinos que se acerquen al de Viladecans; un grupo de zancudos y malabaristas repartirán alegría en el punto de recogida selectiva de Esplugues-Sant Joan Despí, y el Maestro Verde de Molins de Rei explicará en clave de humor qué se hace con cada residuo.
Durante los días siguientes, del 19 al 24 de noviembre, la programación continuará con todo tipo de actividades de prevención en numerosos municipios catalanes y metropolitanos. Habrá cursos de bricolaje y contra el derroche alimentario, confección de adornos navideños reciclados y talleres para reparar muebles y pequeños electrodomésticos, entre otros.
LA R-FIESTA
Para cerrar la Semana de la Prevención de Residuos, el local Millor que Nou en Barcelona (calle Sepúlveda, 45-47) celebrará la R-Fiesta el próximo 25 de noviembre. Los participantes podrán realizar talleres de las cuatro especialidades de este espacio –reparación textil, electrónica, bricolaje y carpintería–, construir instrumentos para niños, y también habrá un servicio de intercambio de objetos entre particulares, una exposición de transformaciones textiles y un cuento escenificado con la participación de jóvenes y adultos. De este modo, los asistentes aprenderán tanto a transformar unos tejanos en una bolsa de última tendencia, como a construir un huerto vertical y una jardinera con palés o a reparar un juguete roto.
Poco a poco la prevención de los residuos se asienta y la ciudadanía cambia de hábitos con “pequeñas acciones que contribuyen a cambiar el modelo”, concluye Torras. Un buen ejemplo son los mercados de segunda mano, que antes de la crisis eran una anécdota y desde hace unos años se ha impuesto una programación estable y amplia. “La superproducción mundial a precios muy bajos favorece el aumento de residuos–reflexiona–. A nivel local no se trata de ir contra nadie, sino de ofrecer alternativas reales a los consumidores.”
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